Al norte de Colombia existe una península que, en un loco atrevimiento, se adentra en el Caribe como queriendo calmar su sed... Paga cara su osadía, debiendo soportar el influjo desecante de los fuertes vientos Alisios que llegan desde el Hemisferio Norte para levantar nubes de polvo y arena con que acribillarlo todo... Pese a su clima desértico, sorprende cómo la vida consigue abrirse camino en la Península de la Guajira.
En torno a la
Reserva de Fauna y Flora "Los Flamencos", habita una comunidad indígena desde tiempos inmemoriales... Se reconocen como los Wayúu que, en su propia lengua, quiere decir "persona".
Son gentes alegres y nobles, de conversación fácil y trato amable, dispuestos a agradar al visitante con lo todo aquello que esté en su hacer.
La noche del día en que llegamos, nos deleitaron con una demostración de sus danzas tradicionales.
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Pareja Wayúu bailando "la danza del halcón".
La mujer representa el ave que persigue veloz y enérgica al hombre
hasta que cae rendido al suelo. |
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Detalle de la pareja bailando.
Mientras que la mujer se pinta la cara con motivos circulares,
el hombre se marca trazos verticales de arriba hacia abajo. |
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Tras la danza de los Wayúu, llegó el momento de tratar de seguirles el ritmo...
La amiga Sarita Rincón se ofreció a bailar de halcón. |
A la mañana siguiente, nos despertaron con un exquisito desayuno:
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Desayuno a base de una arepa, camarones con verduras y zumo de cebada fermentada... ¡ricamente inolvidable! |
El patriarca de los Wayúu que, curiosamente compartía segundo nombre conmigo, nos contó muchos detalles y aspectos de la vida y costumbres de su pueblo. Nos habló de la historia de los Wayúu y de la extrema violencia que, ante la aparición de problemas, ejercen entre vecinos pese a su aparente rostro pacífico y tranquilo... Mismamente, su propio hermano fue asesinado hace algunos años a manos de una comunidad cercana por disputas de terrenos. El propio patriarca también nos mostró sus cicatrices de aquella batalla...
A la luz de la hoguera nos mostró el símbolo que lleva tatuado en el brazo e identificativo de su clan familiar.
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Detalle del símbolo tatuado en el brazo del patriarca. |
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Algunos símbolos Wayúu |
Hoy en día, la principal fuente de ingresos para los Wayúu consiste en la elaboración de hamacas y mochilas de vivos colores y atractivos diseños que luego venden a toda Colombia y gran parte del extranjero.
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Con el patriarca Wayúu Don Belisario Sergio y su esposa en su cabaña tradicional.
Al fondo puede apreciarse el gran telar de hamacas. |
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El patriarca don Belisario Sergio haciendo una demostración de cómo se cosen las famosas mochilas Wayúu. |
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Detalle del trenzado del asa de la mochila Wayúu. |
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El nieto de Don Belisario Sergio. |
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Vértebras de Delfín de Río colgadas en el interior de la cabaña Wayúu. |
Como es habitual, la nota de alegría y diversión corresponde a los más pequeños y sus juegos.
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Niños Wayúu jugando |
Tras la Danza del Halcón bailada por los adultos, los más pequeños, con la emoción en su interior, irrumpieron en juegos de persecuciones.
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Pilla-pilla entre marioneta. |
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Niño Wayúu con botas de agua. |
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Recuerdos amargos de la infancia...
¿quién no sufría cuando le cortaban las uñas? |
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Madre Wayúu amamantando a su hijo
en el interior de su cabaña. |
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Lorita de pico negro "Aratinga weddellii"
enjaulada como mascota. |
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Pareja de Gallinas de Guinea con su prole
en los alrededores del pueblo Wayúu. |
El contacto con los Wayúu fue siempre cómodo y fluido, como si nos conociéramos de hace tiempo. Don Belisario Sergio nos abrió toda su confianza y la tropa de pequeños nos acogió como amigos de toda la vida.
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Con los más pillos. Fue enseñarles a jugar al "pulso chino" y ¡no parar! |
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A los más pequeños les daba muchísima risa ver su reflejo en la pantalla del móvil |
Y para combatir el calor y la abrasión del sol, nada como un baño en la Laguna Grande y untado de barro y lodo imitando los pasos de la amiga y apasionada "acuófila" Yining.