Sergio de Carabias

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viernes, 14 de octubre de 2016

Los nidos de cotorra con mejores vistas en Madrid



     Como resultado del Censo de nidos de cotorra argentina en la ciudad de Madrid que realicé el año 2014, pude recopilar muchos datos e imágenes curiosas. Un hecho que llamó mi atención fue el privilegiado emplazamiento de muchos de los nidos y que me hacía desear para mis adentros: "quién fuera cotorra y pudiera despertarse cada mañana con esas vistas".


Nidos sobre Cedros en el Parque Enrique Tierno Galván
con la vista del monumento "la Dama del Manzanares" al fondo.

Nidos sobre cedros en el Parque Enrique Tierno Galván
con Torrespaña al fondo.

Nidos sobre pino
con la Cúpula de San Francisco El Grande

Nidos sobre pérgola metálica
con la Catedral de Santa María de la Almudena al fondo.




Nidos sobre Quercus spp
con el Edificio España y la Torre de Madrid al fondo.

Nidos sobre Plátanos de sombra en El Reservado de la Casa de Campo
con la Catedral de la Almudena al fondo.

Nidos sobre cedros en el Reservado de la Casa de Campo
con la Torre de Madrid al fondo.



Nido en cedro en el Campo del Moro
con Cúpula de la Catedral de la Almudena al fondo











domingo, 22 de febrero de 2015

La amenaza real de la Cotorra Argentina


     En los últimos años, conforme la colonia de Cotorra Argentina de la ciudad de Madrid se ha incrementado espectacularmente, mucho se ha hablado y opinado sobre los efectos de esta especie introducida... Los daños que producen sobre el arbolado público, la interacción negativa y positiva que ejerce sobre otras especies de aves, las molestias que causan con sus gritos y reclamos, la suciedad bajo sus nidos... son algunos de los aspectos problemáticos de que se les acusa. 

         Sin embargo, la amenaza real de la Cotorra Argentina está en sus nidos que, pudiendo llegar a alcanzar grandes pesos, penden sobre las ramas de los mismos árboles que en los últimos meses vienen desplomándose sobre la vía pública a causa de su mal estado de conservación para riesgo de los transeúntes...

          Si bien es cierto que el propio Ayuntamiento de Madrid efectúa de vez en cuando desnides cuando reciben la llamada de algún vecino preocupado o los técnicos así lo determinan, todavía son muchas las situaciones de peligro existentes en nuestros parques y jardines.

           Como resultado del censo que el año pasado realicé, pude dar con varios casos en los que algunos nidos de grandes dimensiones resultan ser una seria amenaza para los vecinos que a diario frecuentan algunos parques y calles de Madrid.
     


Gran nido sobre Cedro
en el Parque Carlos Arias Navarro.

        En el distrito de Hortaleza, fue donde encontré los dos nidos de mayores dimensiones que entrañaban un riesgo intolerable al situarse justo a pico de sendos caminos con un discurrir continuo de personas.



Enorme nido en Plátano de sombra
en el que el riesgo es más que evidente...





     No sólo existen casos de nidos suspendidos en el vacío sobre calles y aceras, algunos también amenazan el tráfico de vehículos...

Grandes nidos de cotorra sobre Plátanos de sombra
en las inmediaciones de Lago, Casa de Campo.

Grandes nidos de Cotorra sobre Plátanos de sombra
en las inmediaciones de Lago, Casa de Campo.



Grandes nidos de cotorra sobre "Acer negundo"
en las inmediaciones de la M-30 a su paso por Casa de Campo.


Grandes nidos de cotorra en Cedro
sobre los cables del teleférico de Madrid



     Ojalá nunca jamás haya de suceder pero, con esta breve muestra del gran abanico que existe de nidos que amenazan peligro, es cuestión de tiempo que un día ventoso u otoñal después de un verano seco, una rama quiebre bajo el peso de un gran nido y alguna persona resulte perjudicada... Sólo entonces los medios de comunicación dirigirán sus miradas a esta realidad para llevarla a noticia de portada y, sólo entonces, también, los responsables políticos se molestarán en tomar medidas tajantes y severas.










jueves, 19 de febrero de 2015

Crónicas de una caída anunciada



     En el último año han sido noticia las caídas de árboles en Madrid por su considerable incremento en número y, lo más trágico, por haber provocado la muerte a varias personas...

     Ayer mismo, miércoles 18 de febrero, caía el último de ellos: un gran Pino Carrasco "Pinus halepensis" en El Calero, el parque de mi barrio, afortunadamente, sin tener que lamentar víctima alguna pese a aplastar un banco.

    Esta mañana, los trabajadores del Ayuntamiento se afanaban por retirar el gran árbol y también por cortar otros próximos que amenazan caída.




     A ningún vecino puede extrañarle este accidente. De hecho, resulta sorprendente que haya tardado tanto en desplomarse un árbol en un parque en el que abundan los ejemplares con un ángulo de inclinación respecto al suelo, en ocasiones, ¡inferior a los 45º!


Pinos carrascos "Pinus halepensis" peligrosamente inclinados
en el interior de un parque infantil.



Pinos carrascos inclinados sobre bancos.




¿Qué futuro puede esperarle a un árbol
que baila así de bien la conga?


     La ciudad de Madrid destaca por el rico y abundante patrimonio arbóreo de que goza, comparado con otras capitales del mundo. Particularmente a principios de los 90, siendo concejala de Medio Ambiente Esperanza Aguirre, se plantaron muchas aceras y parques de la ciudad. Por ejemplo, la mayoría de los plátanos de sombra que escoltan las calles son de aquel entonces y se les colocó a los pies de su tronco una plaquita con el nombre de un niño nacido en el 1990 o 1991. Precisamente yo mismo he de tener un árbol dedicado que, sin embargo, jamás he localizado...

     Lo que yo no puedo concebir es entender al árbol como un mero elemento urbanístico, igual que una farola, una papelera o una parada de autobús, y plantarlo y cortarlo al antojo de las necesidades del momento. Un árbol, por mucho que no grite ni corra, sigue siendo un ser vivo que nace, crece, respira... un ser vivo con pleno derecho a la vida. Cortarlo, es decir, matarlo, debería ser la última solución.


Pinos carrascos inclinados con las horas contadas...
Parque El Calero.

     Los árboles necesitan de un mínimo mantenimiento desde que son plantados que vele por su correcta posición vertical y desarrollo de las ramas. No basta con introducir el cepellón de raíces en el suelo y dejarlo crecer a su aire por años. Además, la mayoría de las veces, las agresivas podas practicadas son la causa del debilitamiento general del árbol, la entrada de infecciones y podredumbre y, en consecuencia, la caída de ramas y tronco... Es responsabilidad del mismo Ayuntamiento que alegremente planta árboles, garantizar su crecimiento sano y vigoroso aportando los medios y la dedicación necesarios, y una correcta formación de los jardineros. Aunque, como tantos aspectos en la vida, basta con tener un mínimo de sensibilidad y atención hacia los amigos árboles para intuir y saber qué cortes pueden afectarle positiva o negativamente...



Efectos nefastos de una pésima poda practicada a una acacia. El Calero.


     Con frecuencia, cuando paseo a la sombra de los parques de Madrid, me entretengo en imaginar  cómo podría podarles de la mejor manera... Cada primavera, disfruto plenamente con las tijeras de podar practicando en mis árboles, arbustos y rosales y también en los de los amigos que confían en mi criterio autodidacta... A ver si para las próximas semanas, ¡le dedico una entrada a mis "pacientes hojados"! Para mí, podar, igual que tantas otras tareas del jardín, resulta una de las actividades más relajantes que conozco...



martes, 17 de febrero de 2015

El despertar de los sapos


     Alrededores de Madrid, una tarde de mediados de febrero. Hace días que las temperaturas han comenzado a estabilizarse: los peores fríos del invierno han pasado... Llovizna a ratos y, en el interior de sus refugios bajo tierra, los anfibios sienten el celo que les llama a despertar.

Sapo corredor "Bufo calamita"

     A menos de 40 km de la ciudad, la Naturaleza encuentra suficiente espacio para desarrollarse en todo su esplendor. Atardece y el agua aprovecha los últimos instantes para reflejar la vegetación amiga mientras el horizonte se tiñe de tonos cálidos, pálidamente todavía...

Hábitat natural con los rascacielos de Madrid al fondo.

Vista panorámica que abarca la diversidad de hábitat:
frondosos jarales con jóvenes encinas, cárcavas erosionadas y charcas.

     A lo lejos se escucha al primer Sapo Partero silbar: el concierto queda inaugurado. Los machos de Corredor salen de sus escondrijos y se lanzan al agua para sumarse al coro de croares un rato después.

Sapo corredor "Bufo calamita" con Madrid al fondo.

Sapo corredor "Bufo calamita"
camino de la charca.

    En el agua, los machos de Sapo corredor se desviven por atraer a las hembras croando. Sólo encontramos un afortunado galán conquistador con pareja...

Amplexo axilar de Sapo corredor "Bufo calamita"

     El Sapo de espuelas quiso también aparecer aquella noche de estreno, "calzando" sus mejores atributos: los mismos espolones que le dan nombre. Negros y de naturaleza córnea, aparecen tanto en machos como en hembras y le permiten enterrarse para el letargo durante los periodos de inactividad.

Sapo de espuelas "Pelobates cultripes"

Detalle de las espuelas "Pelobates cultripes"

     Después de un rato ameno e interesante, cuando el frío se introdujo con maña entre abrigos y botas, decidimos poner rumbo a un lugar más templado en el que cenar.

Antón mostrando el camino de regreso


Junto al amigo Antón al comienzo de la tarde.



domingo, 30 de marzo de 2014

Sustratos de nidificación de la Cotorra Argentina en la ciudad de Madrid


      La Cotorra Argentina, como especie exótica e invasora que es ya en muchas ciudades del continente europeo, siempre a consecuencia del ser humano, en su proceso de adaptación a este nuevo hábitat, construye sus nidos sobre distintos soportes, en su mayoría árboles (aunque también estructuras de origen antrópico como tendidos eléctricos y antenas), atendiendo a las diferentes especies predominantes en cada ciudad.

      Así, por ejemplo, en Madrid, lo más habitual es encontrar sus nidos sobre Cedros del Himalaya, especie muy utilizada en los parques y jardines de la capital por su elegante porte, rápido crecimiento y resistencia a la contaminación. Además, sus fuertes ramas y acículas perennes le brindan la seguridad y protección que busca para emplazar sus nidos.

     Otra condición, que suele ser decisiva para el asentamiento de los nidos, especialmente en aquellas zonas de reciente expansión, es la existencia de una verja o valla perimetral que impida el tránsito de las personas bajo la colonia.

Cotorra Argentina "Myopssitta monachus"
a la entrada de su nido en un cedro del Parque Enrique Tierno Galván.

      Los nidos suelen localizarse en las ramas más altas del Cedro siguiendo, en muchas ocasiones, el curso de su extremo apical a lo largo del tronco.

Nido sobre Cedro del Himalaya a lo largo del tronco
en los Viveros Municipales de Casa de Campo
(perímetro tapiado e interior de acceso restringido).
     También es habitual encontrar los nidos en los extremos de las ramas más altas y largas.

Nidos sobre Cedro del Himalaya
en el extremo de las ramas más altas
en el Parque de San Isidro.

     En aquellos parques en los que la densidad de cotorras es muy elevada, como sucede en los distritos de Carabanchel y Latina, algunos ejemplares de cedro se debilitan profundamente luciendo un aspecto pobre y medio seco a consecuencia de la pérdida de follaje que le producen las cotorras en su continuo aporte de ramitas al nido. 

Nidos sobre Cedro del Himalaya debilitado,
 muy posiblemente a causa de las cotorras,
en el Parque Emperatriz María de Austria.

     En aquellos casos en los que el cedro muere por enfermedad, vejez o cualquier otra causa, las cotorras abandonan sus nidos para buscar un nuevo emplazamiento. Un árbol seco, además de la desprotección frente a la lluvia y la insolación, resalta demasiado los nidos en el horizonte para intranquilidad de sus inquilinas...

Nido abandonado sobre Cedro del Himalaya seco
en el Parque Tres Cruces
   

     Siguiendo con las Gimnospermas, se han encontrado varios nidos sobre Pino Carrasco y, de forma excepecional en una única localización, sobre Ciprés, el sustrato mayoritario empleado por las cotorras en Palma de Mallorca.

Nido sobre Pino Carrasco "Pinus halepensis"

Nidos sobre Cipreses
en el Parque Tres Cruces.

Detalle de la entrada al nido sobre Ciprés.



     Pese a la actual prevalencia de los Cedros como sustrato de nidificación en Madrid, la primera colonia reproductora de Cotorra Argentina que se estableció allá por el 1993, según registros de Barrio y de Juana, lo hizo sobre varios plátanos de sombra de la Casa de Campo. La feroz poda a la que se han visto sometidos, ha provocado la formación de auténticas plataformas sobre las que las cotorras han podido asentar sus nidos, que alcanzan dimensiones descomunales en ocasiones.


Nido sobre plátano de sombra



     Otros árboles de hoja caduca que suelen ser utilizados con relativa frecuencia por la Cotorra Argentina para la construcción de sus nidos son el Olmo Siberiano, el Fresno, el Arce Negundo, el Álamo Blanco o la Acacia del Japón.


Nido sobre Olmo Siberiano "Ulmus pumila"
cargado de semillas.

Nido sobre "Acer negundo"
con brotes y amentos junto a la M-30.

Nido sobre Fresno "Fraxinus angustifolia"
recién brotado en la Casa de Campo.

Nido sobre Álamo Blanco "Populus alba"
fructificando.

Nido sobre Acacia del Japón "Styphnolobium japonicum"
con los primeros brotes y las antiguas vainas de pequeño tamaño
junto a la M-30.

Nido sobre Acacia de Tres Espinas "Gleditsia triacantho"
de hojas, vainas y espinas de mayor tamaño que la del Japón,
junto a la M-30.


     Retomando los casos excepcionales, destaca una colonia de más de diez nidos sobre varios eucaliptos de un patio de vecinos que linda con el Parque del Cerro Almodóvar.

Nidos sobre Eucalipto
en recinto vallado.

Detalle del nido sobre Eucalipto
con su típica corteza desprendiéndose en tiras

Nidos sobre eucalipto
aprovechando la hiedra

     En los Viveros Municipales de Casa de Campo destacan los nidos construidos sobre una añosa y desgarbada quercínea de gran porte.

Nido sobre quercínea
en los Viveros Municipales de la Casa de Campo.

Detalle del nido sobre la quercínea
que se encuentra en floración.

     Por último, se ha encontrado una pequeña colonia de nidos aprovechando las hojas secas de una palmera, soporte mayoritario en la ciudad de Barcelona.

Nido sobre Palmácea "Washingtonia filifera"
en la zona de Torre Arias


     Así pues, hay constancia de que en la ciudad de Madrid las cotorras argentinas nidifican sobre doce tipos diferentes de sustrato arbóreo, siendo mayoritario el Cedro del Himalaya (Cedrus deodara), seguido a mucha distancia del Plátano de sombra (Platanus x hispanica) y el Olmo Siberiano (Ulmus pumila) y también, de forma esporádica, el Fresno (Fraxinus angustifolia), el Arce Negundo (Acer negundo), el Álamo Blanco (Populus alba), la Acacia del Japón (Styphnolobium japonicum), la Acacia de Tres Espinas (Gleditsia triacanthos) el pino carrasco (Pinus halepensis), el ciprés (Cupressus sempervirens), el eucalipto (Eucaliptus spp), una quercínea (Quercus spp) y una palmácea (Washingtonia filifera).


     Además, se ha descubierto una colonia de diez nidos sobre un sustrato no vegetal, de origen antrópico.


Nidos sobre pérgola metálica
en el parque de Vía Carpetana.

     Queda clara la suma versatilidad que nuestras chillonas protagonistas muestran a la hora de emplazar sus nidos en los que traerán al mundo sus nuevas generaciones. Especialmente preocupante resulta su adaptación a sustratos de origen antrópico, por las pérdidas económicas que puedan causar al interferir en ellas y poder dañarlas, y también a aquellas especies vegetales propias y naturales de la Península Ibérica, particularmente a las encinas, robles, chopos... pues una vez que en las ciudades hayan alcanzado su máximo poblacional y decidan salir al campo, no habrá quien las pueda detener en su avance y conquista del medio natural.