La Cotorra Argentina, como especie exótica e invasora que es ya en muchas ciudades del continente europeo, siempre a consecuencia del ser humano, en su proceso de adaptación a este nuevo hábitat, construye sus nidos sobre distintos soportes, en su mayoría árboles (aunque también estructuras de origen antrópico como tendidos eléctricos y antenas), atendiendo a las diferentes especies predominantes en cada ciudad.
Así, por ejemplo, en Madrid, lo más habitual es encontrar sus nidos sobre Cedros del Himalaya, especie muy utilizada en los parques y jardines de la capital por su elegante porte, rápido crecimiento y resistencia a la contaminación. Además, sus fuertes ramas y acículas perennes le brindan la seguridad y protección que busca para emplazar sus nidos.
Otra condición, que suele ser decisiva para el asentamiento de los nidos, especialmente en aquellas zonas de reciente expansión, es la existencia de una verja o valla perimetral que impida el tránsito de las personas bajo la colonia.
Cotorra Argentina "Myopssitta monachus" a la entrada de su nido en un cedro del Parque Enrique Tierno Galván. |
Nido sobre Cedro del Himalaya a lo largo del tronco en los Viveros Municipales de Casa de Campo (perímetro tapiado e interior de acceso restringido). |
Nidos sobre Cedro del Himalaya en el extremo de las ramas más altas en el Parque de San Isidro. |
En aquellos parques en los que la densidad de cotorras es muy elevada, como sucede en los distritos de Carabanchel y Latina, algunos ejemplares de cedro se debilitan profundamente luciendo un aspecto pobre y medio seco a consecuencia de la pérdida de follaje que le producen las cotorras en su continuo aporte de ramitas al nido.
Nidos sobre Cedro del Himalaya debilitado, muy posiblemente a causa de las cotorras, en el Parque Emperatriz María de Austria. |
En aquellos casos en los que el cedro muere por enfermedad, vejez o cualquier otra causa, las cotorras abandonan sus nidos para buscar un nuevo emplazamiento. Un árbol seco, además de la desprotección frente a la lluvia y la insolación, resalta demasiado los nidos en el horizonte para intranquilidad de sus inquilinas...
Nido abandonado sobre Cedro del Himalaya seco en el Parque Tres Cruces |
Siguiendo con las Gimnospermas, se han encontrado varios nidos sobre Pino Carrasco y, de forma excepecional en una única localización, sobre Ciprés, el sustrato mayoritario empleado por las cotorras en Palma de Mallorca.
Nido sobre Pino Carrasco "Pinus halepensis" |
Nidos sobre Cipreses en el Parque Tres Cruces. |
Detalle de la entrada al nido sobre Ciprés. |
Pese a la actual prevalencia de los Cedros como sustrato de nidificación en Madrid, la primera colonia reproductora de Cotorra Argentina que se estableció allá por el 1993, según registros de Barrio y de Juana, lo hizo sobre varios plátanos de sombra de la Casa de Campo. La feroz poda a la que se han visto sometidos, ha provocado la formación de auténticas plataformas sobre las que las cotorras han podido asentar sus nidos, que alcanzan dimensiones descomunales en ocasiones.
Nido sobre plátano de sombra |
Otros árboles de hoja caduca que suelen ser utilizados con relativa frecuencia por la Cotorra Argentina para la construcción de sus nidos son el Olmo Siberiano, el Fresno, el Arce Negundo, el Álamo Blanco o la Acacia del Japón.
Nido sobre Olmo Siberiano "Ulmus pumila" cargado de semillas. |
Nido sobre "Acer negundo" con brotes y amentos junto a la M-30. |
Nido sobre Fresno "Fraxinus angustifolia" recién brotado en la Casa de Campo. |
Nido sobre Álamo Blanco "Populus alba" fructificando. |
Nido sobre Acacia del Japón "Styphnolobium japonicum" con los primeros brotes y las antiguas vainas de pequeño tamaño junto a la M-30. |
Nido sobre Acacia de Tres Espinas "Gleditsia triacantho" de hojas, vainas y espinas de mayor tamaño que la del Japón, junto a la M-30. |
Retomando los casos excepcionales, destaca una colonia de más de diez nidos sobre varios eucaliptos de un patio de vecinos que linda con el Parque del Cerro Almodóvar.
Nidos sobre Eucalipto en recinto vallado. |
Detalle del nido sobre Eucalipto con su típica corteza desprendiéndose en tiras |
Nidos sobre eucalipto aprovechando la hiedra |
En los Viveros Municipales de Casa de Campo destacan los nidos construidos sobre una añosa y desgarbada quercínea de gran porte.
Nido sobre quercínea en los Viveros Municipales de la Casa de Campo. |
Detalle del nido sobre la quercínea que se encuentra en floración. |
Por último, se ha encontrado una pequeña colonia de nidos aprovechando las hojas secas de una palmera, soporte mayoritario en la ciudad de Barcelona.
Nido sobre Palmácea "Washingtonia filifera" en la zona de Torre Arias |
Así pues, hay constancia de que en la ciudad de Madrid las cotorras argentinas nidifican sobre doce tipos diferentes de sustrato arbóreo, siendo mayoritario el Cedro del Himalaya (Cedrus deodara), seguido a mucha distancia del Plátano de sombra (Platanus x hispanica) y el Olmo Siberiano (Ulmus pumila) y también, de forma esporádica, el Fresno (Fraxinus angustifolia), el Arce Negundo (Acer negundo), el Álamo Blanco (Populus alba), la Acacia del Japón (Styphnolobium japonicum), la Acacia de Tres Espinas (Gleditsia triacanthos) el pino carrasco (Pinus halepensis), el ciprés (Cupressus sempervirens), el eucalipto (Eucaliptus spp), una quercínea (Quercus spp) y una palmácea (Washingtonia filifera).
Además, se ha descubierto una colonia de diez nidos sobre un sustrato no vegetal, de origen antrópico.
Queda clara la suma versatilidad que nuestras chillonas protagonistas muestran a la hora de emplazar sus nidos en los que traerán al mundo sus nuevas generaciones. Especialmente preocupante resulta su adaptación a sustratos de origen antrópico, por las pérdidas económicas que puedan causar al interferir en ellas y poder dañarlas, y también a aquellas especies vegetales propias y naturales de la Península Ibérica, particularmente a las encinas, robles, chopos... pues una vez que en las ciudades hayan alcanzado su máximo poblacional y decidan salir al campo, no habrá quien las pueda detener en su avance y conquista del medio natural.
Además, se ha descubierto una colonia de diez nidos sobre un sustrato no vegetal, de origen antrópico.
Nidos sobre pérgola metálica en el parque de Vía Carpetana. |
Queda clara la suma versatilidad que nuestras chillonas protagonistas muestran a la hora de emplazar sus nidos en los que traerán al mundo sus nuevas generaciones. Especialmente preocupante resulta su adaptación a sustratos de origen antrópico, por las pérdidas económicas que puedan causar al interferir en ellas y poder dañarlas, y también a aquellas especies vegetales propias y naturales de la Península Ibérica, particularmente a las encinas, robles, chopos... pues una vez que en las ciudades hayan alcanzado su máximo poblacional y decidan salir al campo, no habrá quien las pueda detener en su avance y conquista del medio natural.