Sergio de Carabias

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domingo, 18 de mayo de 2014

La Madre Osa y sus mellizos


     De las varias osas que este invierno han traído a la vida oseznos en la parte occidental de la Cordillera Cantábrica, destaca sobre todas una en especial por la trágica historia de supervivencia que arrastra.

     Casi en la cima de unos altos peñascales, eligió esta bella osa rubia una cavidad para parir. Y así debió ocurrir un día de este pasado invierno, cuando seguramente las cumbres se hallaban cubiertas por un espeso manto de nieve. En aquella blanca soledad, nuestra osa dio a luz tres criaturas pequeñísimas, sin apenas pelo y de color rosado, extremadamente delicadas... 

     Pasaron varios meses y al calor materno, los tres hermanos crecieron rápidamente a costa de las reservas de grasa de su madre, que sentía perder peso drásticamente cada día... Una espléndida mañana de últimos de marzo, recién llegada la primavera, mamá osa decidió que era el momento perfecto para presentar a su descendencia a los cielos de Asturias y salió fuera de la guarida con sus tres oseznos. Tímidos y recelosos en un principio, no tardaron en acostumbrarse a la luz del sol para explorar tanta novedad entre juegos. Sus grandes orejas, ojos y hocico, en comparación con el resto del cuerpo, les hacían parecer auténticos peluches dotados de vida propia.


Osa junto a sus crías a la salida de la osera.


      Los días se iban sucediendo para intranquilidad de la madre que sentía en el ambiente el despertar del celo de los grandes machos, todo un peligro para sus pequeños ya que un macho encelado no dudaría en cometer infanticido para inducir a la madre a entrar en celo y permitir la cópula. Sin embargo, la osa seguía sintiéndose segura en aquellas cumbres que parecía un milagro que hubiera podido alcanzar.

      Pero la fatalidad llegó sin previo aviso. Una tarde de espesa niebla en Semana Santa, unos observadores avistaron cómo un águila real comía los restos de uno de los pequeños oseznos sin que quizás nunca se sepa la verdadera causa de su muerte...


"Nada excepcional si no fuese porque los días anteriores
varios grupos de turistas accedieron a la cima de la misma peña donde, un poco más abajo,
se encontraba la osa. Aunque es imposible relacionar esta circunstancia con la muerte del osezno,
una situación así no debería haberse llegado a producir.
Si una osa se ve obligada a abandonar el lugar que ha escogido como refugio para sus crías,
será más probable que se encuentre con un macho adulto que pueda matar a los oseznos,
con el fin de que la madre entre nuevamente en celo y poder aparearse con ella."

Carlos Rodríguez del Valle. La Nueva España.



     El viernes 2 de mayo, día al que corresponden todas las imágenes de la osa y sus oseznos aquí expuestas, la madre salió una vez más de la osera con sus crías para alegría y sorpresa nuestras. Tras otear el horizonte y olfatear la brisa de la tarde, comenzó a trepar por los peñascos seguida de sus retoños: había decidido cambiar de refugio, un comportamiento que toman con frecuencia las osas para salvaguardar la integridad de su familia. 

Osa trepando por las rocas seguida de sus dos pequeños supervivientes.


     En los tramos de mayor dificultad, la madre osa volvía la cabeza atrás y se inclinaba hacia sus pequeños como para alentarlos y animarlos a seguir trepando.


La madre osa esperando a sus oseznos.


         En todo momento, se mostró vigilante y atenta a cualquier ruido u olor extraños.


La madre osa atenta a la retaguardia.


          También hubo tiempo para reponer fuerzas y saciar el apetito. En primavera, el pasto y los insectos son pilares en su alimentación.


La madre osa levantando piedras donde buscar artrópodos y otros invertebrados que comer.


     Todas las fotografías han sido realizadas con digiscoping a una distancia más que prudente para evitar molestias a la fauna en lo posible. Aunque de nula calidad técnica, permiten documentar momentos de la vida de esta madre con sus oseznos más que entrañables. Observar sus movimientos en directo fue toda una experiencia mucho más impactante, imposible de olvidar.

Madre osa pastando.
Foto original realizada con digiscoping sin recorte.


     Se nos presentó la noche entre tanto gozo y alegría disfrutando de tan buenas observaciones. Llegó el momento en que la luz no era suficiente para ver a través del telescopio antes de saber recogidos a la madre y sus oseznos en su nueva guarida. Sólo nos queda confiar que llegaran a buen cobijo sanos y salvos.

     En los días sucesivos, no se la vio...


     Ciertamente, es todo un regalo poder disfrutar de un espectáculo tal en nuestro propio país, a 5 horas de Madrid y 1 de Oviedo. El Oso Pardo Cantábrico es una de las joyas de la fauna ibérica que actualmente encuentra refugio en las escarpadas cornisas cantábricas a consecuencia de la constante persecución a la que se ha visto sometido desde siglos, antes de que sus dominios se esparcieran por toda la Península Ibérica habitando lugares que tanta sorpresa hoy provocan como el Monte del Pardo o Sierra Morena. En los últimos cinco años, su población ha experimentado una notable mejoría en este entorno del Occidente Asturiano. Un simpático guiño que la especie nos brinda para seguir luchando por su conservación. Que imágenes como éstas se repitan con cada primavera no sólo depende de nuestros mandatarios y las leyes sino también de todos nosotros y muchos pequeños gestos...


Grupo de personas observando varios ejemplares de oso pardo en celo.


     Aquellos días también dieron para observar hasta otros quince osos diferentes. El primero de ellos apareció en torno a las 9 de la mañana subiendo una ladera desde un pueblecito en el fondo del valle en el que varios perros ladraban su presencia. Al ejemplar, de un bello color oscuro, le temblaba el pelaje como por ondas cada vez que daba un peso debido a la grasa que almacenaba debajo de la piel. Casi con total seguridad, se trataba de un macho.


Macho de oso pardo "Ursus arctos" en medio de un claro en el piornal.


     En las esperas que dedicamos al aguardo de los osos, los rebecos nos distrajeron con sus saltos y  brincos y amamantando a sus recentales del año.

Rebeco "Rupicapra rupicapra"
 mordisqueando un piorno "Cytisus oromediterranues"


Rebeco "Rupicapra rupicapra"
tumbado entre varias Varas de San José del Género Asphodellus.

Recental de Rebeco aguardando entre las rocas
la llegada de su madre.

     Entre la hojarasca del suelo también había quienes libraban pequeñas luchas por defender su territorio y poder perpetuar la especie. Se trataba de los machos de Lagarto verdinegro que lucían su atractiva coloración de celo.

Macho de Lagarto Verdinegro "Lacerta schreiberi" en celo.



sábado, 17 de mayo de 2014

Anfibios, Narcisos y Orquídeas de Asturies en Mayu



     El pasado puente del primero de mayo, subimos hasta tierras leonesas y asturianas con la intención de disfrutar de la llegada de la primavera cantábrica que, además del celo del oso pardo, nos deleitó con otras muchas maravillas.

     En las altas cimas todavía quedaba nieve en abundancia con que nutrir de agua arroyos y turberas.

Turbera de alta montaña.


     Precisamente allí, en las tranquilas y transparentes aguas de las turberas, aprovechan varias especies de anfibios para hacer sus puestas tales como sapos y tritones. Debido a la abundancia de estos últimos fue posible observarlos en sus diferentes estadíos de desarrollo.

Puestas de Rana bermeja "Rana temporaria" en diferentes estadíos de desarrollo
que provocan variaciones en su color y forma.

Puesta reciente en la que todavía  los embriones son puntos oscuros.


Puesta de Rana bermeja en avanzando estado de desarrollo.
Los puntos negros han evolucionado a cuerpos alargados en los que se diferencia cabeza y cola.
Además, son apreciables las branquias externas de las larvas.

Larvas de Rana bermeja recientemente eclosionadas
y todavía agrupadas en torno a la envoltura de los huevos,
junto a ejemplar adulto de Tritón ibérico "Triturus boscai".


Detalle de renacuajo
en la que se aprecian las branquias externas.

     Nos llamó la atención observar el aspecto blanquecino de algunos huevos que, indudablemente, había producido la muerte de los embriones.

Huevos de Rana bermeja malogrados.
Infectados, posiblemente, por algún tipo de hongo.

     Descubrimos un ejemplar del, a mi juicio, el tritón más bonito de los presentes en la Península: el tritón alpino. También se dejaron ver palmeados "Lissotriton helveticus" e ibéricos "Lissotriton boscai".

Tritón alpino "Mesotriton alpestris"

     Entre las especies de sapo, había varios corredores "Bufo calamita", comunes "Bufo bufo" y, la joya de todos ellos, un partero común "Alytes obstetricans".

Sapo corredor "Bufo calamita"
en el agua junto a su puesta


Sapo común "Bufo bufo"
en el fondo del agua.
     A este otro sapo común parecía no importarle tener encima de sí una espesa cornisa de nieve.

Sapo común "Bufo bufo"

Sapo partero común "Alytes obstetricans"


     Puede ocurrir que al caminar, delante de nuestro pie, salte con ahínco una hojita verde. Si conseguimos seguirla con la vista hasta aterrizar y prestamos atención, descubriremos a quien siempre despierta una ilusión especial: la alegre y bonita ranita de San Antón.

Ranita de San Antón "Hyla arborea"
 camuflada entre la vegetación gracias a su coloración.







     Como no podía ser de otra manera, tal abundancia de anfibios en la charca llama la atención de las cigüeñas que acuden para dar buena cuenta del festín.
 



     Por estas fechas, recién estrenada la primavera en las cumbres de la Cantábrica, las praderas lucen cuajadas de diferentes bulbosas de la familia Liliácea. Así, por ejemplo, los Narcissus bulbocodium surgen entre la hierba como pequeñas estrellas caídas del cielo.

Pradera de alta montaña con Narcissus bulbocodium

Narciso acampanado "Narcissus bulbocodium"

          Otra Liliácea de singular atractivo recibe el nombre tan poco sugerente de "Diente de perro" inspirado en la forma y coloración del bulbo escondido bajo tierra.

Diente de Perro "Erythronium dens-canis"


     El Azafrán loco"Crocus nudiflorus" también brota en gran densidad y abundancia.

Azafrán loco "Crocus nudiflorus"

     En ocasiones, se entremezclan las diferentes especies combinando sus suaves tonalidades y formas opuestas.



     En el pueblo de Leitariegos, esta Lavandera blanca aprovechaba el vértice de un tejado salpicado de líquenes para calentarse al sol.

Lavandera blanca "Motacilla alba"
desde su particular atalaya.

     Y sobre uno de los muros que delimitan los prados, se erguía con descaro esta hembra de Collalba gris "Oenanthe oenanthe"

Hembra de Collalba gris "Oenanthe oenanthe"

       En el fondo de valle, florecían con una tupidez rabiosa los "Narcissus nobilis".

"Narcissus nobilis"

"Narcissus nobilis" en primer plano
y al fondo, "Narcissus bulbocodium".


     Dejando ya los espacios abiertos de alta montaña para adentrarnos en los sombríos sotobosques, crece otro narciso más pequeño y delicado. Se trata del Narciso pálido "Narcissus triandrus".

Narciso pálido "Narcissus triandrus"

     En las cunetas y vaguadas a orillas de las carreteras, crecen en abundancia dos especies de orquídea que comparten el mismo color púrpura: Orchis mascula que recibe el apellido por las máculas oscuras de sus hojas y Anacamptis morio de tamaño mucho menor.

Orchis mascula y Anacamptis morio
Detalle de Orchis mascula
en la que es posible apreciar el salpicado de manchas oscuras en las hojas de la roseta.



    En los arroyos de aguas frías y límpidas que nacen del deshielo en las altas cumbres, a la sombra de castaños y robles, vive una criatura de una magia especial arraigada desde antaño a tantas leyendas fantásticas: la salamandra común que, en esta región, pertenece a la subespecie "bernardezi".



Salamandra salamandra bernardezi

Salamandra salamandra fastuosa
bajo una corriente de agua.

     En los mismos torrentes, vive la Rana Bermeja "Rana temporaria" de distribución norteña.

Rana bermeja "Rana temporaria"

     Sin duda, fue un placer disfrutar de todas estas observaciones y maravillas, en tan buena compañía además, que resultaron ser el complemento perfecto a los avistamientos de osos, experiencia que ya dejo para la próxima publicación...