Como les venía contando, el motivo de mi estancia en Cabrera fue participar como voluntario de SEO/Birdlife en la Campaña de Anillamiento que, desde hace más de una veintena de años, se desarrolla durante los meses de septiembre y octubre aprovechando el paso migratorio postnupcial.
En época de migración el archipiélago es visitado por multitud de seres alados de gran cantidad de especies que reposan y se alimentan en estas islas para reponer fuerzas antes de continuar su viaje. Alrededor de 150 especies se han detectado en migración sobre el archipiélago. Por ello el Parque Nacional constituye un punto importante en las rutas migratorias tanto en la migración primaveral o prenupcial como en la otoñal o postnupcial. En esta última migración a las aves adultas se les suman todos los jóvenes nacidos durante la temporada por lo que, cuantitativamente, es mucho más importante.
En época de migración el archipiélago es visitado por multitud de seres alados de gran cantidad de especies que reposan y se alimentan en estas islas para reponer fuerzas antes de continuar su viaje. Alrededor de 150 especies se han detectado en migración sobre el archipiélago. Por ello el Parque Nacional constituye un punto importante en las rutas migratorias tanto en la migración primaveral o prenupcial como en la otoñal o postnupcial. En esta última migración a las aves adultas se les suman todos los jóvenes nacidos durante la temporada por lo que, cuantitativamente, es mucho más importante.
Durante las dos primeras semanas de septiembre que estuve allí, el número de capturas no fue excesivamente elevado. El máximo por jornada estuvo en casi 60 aves, muy lejos de las 200 que en temporadas pasadas se han llegado a registrar... Posiblemente, este bajo índice fue debido a la estabilidad atmosférica que nos acompañó aquellos días ya que, salvo un par de ellos en los que sopló el viento y llovió, el resto estuvo marcado por una calma veraniega.
Una de las aves que más llamó mi atención, fue el simpático Colirrojo Real cuyos machos lucen en época de cría un plumaje llamativamente vistoso.
Bastante numerosas, las tarabillas norteñas se hacían ver fácilmente encaramadas a sus posaderos de caza sobre los herbazales a los que se lanzan nada más ver moverse el más minúsculo insecto.
Entre los Sílvidos, anillamos varios ejemplares de Curruca Cabecinegra.
Curruca Cabecinegra "Sylvia melanocephala" hembra |
Curruca Cabecinegra "Sylvia melanocephala" macho
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Sin embargo, los más numerosos fueron los mosquiteros y las currucas mosquiteras que presentaban un índice de grasa elevado como no podía ser de otra manera observándoles ponerse las botas en las higueras.
Pero la gran estrella de la familia de los Sílvidos fue la endémica Curruca Balear "Sylvia balearica" tan chiquitita ella...
Curruca Balear "Sylvia balearica" |
El paso de Papamoscas también se hizo notar. Cayeron cerrojillos, grises y, claro está, también de la subespecie balear.
Papamoscas Gris Balear "Muscicapa striata balearica" de coloración más clara, especialmente en píleo y frente, que "Muscicapa striata striata" |
En el conjunto de la Campaña, fueron dos las especies que causaron más alegría y regocijo entre todos nosotros: el cernícalo, del que llegaron a caer hasta tres individuos, y la simpática abubilla.
Algunas observaciones interesantes fueron la de una familia de huidizas oropéndolas y este gracioso Torcecuellos "Jinx torquilla" entretenido en atrapar hormigas con su larga lengua.
El Torcecuellos es un ave cuanto menos peculiar, que toma su nombre del característico comportamiento que adopta en caso de peligro frente a un depredador. El doctor Félix Rodríguez de la Fuente pudo dejar testimonio de ello para la eternidad en una filmación de gran calidad:
En nuestra última pasada por las redes, justo antes de subir a la barca que nos alejaría de Cabrera sin remedio, cayó un Petirrojo, o Ropit como le dicen en Mallorquín, el primero de la Campaña. En palabras de nuestro sabio anillador no era ni más ni menos la prueba que constataba el hecho: "El otoño había llegado".
Fueron quince días muy especiales y también inolvidables, especialmente gracias a la magnífica compañía en que tuvieron lugar: el anillador que susurraba a los pájaros, un coordinador que nos dio de comer al mismo nivel que cinco estrellas Michelín y cinco compañeros voluntarios, amigos, todos ellos, desde entonces.
Foto de grupo. Campaña de Anillamiento. En Cabrera a 17 de Septiembre de 2013 |
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