Sergio de Carabias

Sergio de Carabias

domingo, 19 de mayo de 2013

El Parc Natural de l'Albufera de València

El pasado jueves, dentro del programa de la asignatura Restauración de la Cubierta Vegetal impartida por Luis Balaguer Núñez, nos dirijimos hasta Valencia para conocer in situ el programa de recuperación que desde 1980 se está llevando a cabo en el Parque Natural de la Albufera.

Al llegar a la Oficina Técnica Devesa-Albufera nos recibió el simpático técnico ambiental Paco Collado quien nos llevó a primera línea de playa para comenzar con la presentación de la zona.

En la zona de la Devesa se encuentra el sector mejor conservado del campo dunar que constituía la restinga o barra de arena que cerró el antiguo golfo de Valencia creando hace unos 2000 años la laguna interior de la Albufera, nombre que en árabe significa "pequeño mar". Esta laguna, en origen salada y de la que se extraía sal ya en tiempos de los romanos, es, actualmente y desde el siglo XVII, de agua dulce por influencia humana.

A pesar de ser un espacio de dimensiones reducidas (10 km de largo por 1 de ancho) se conjugan en él una serie de factores climáticos y edáficos que dan lugar a la existencia de una diversidad florística, faunística y paisajística que le otrogan un alto valor ambiental.

Sin embargo, en 1965, en pleno auge turístico español bajo el inolvidable lema de "Spain is different" se inició un proceso de urbanización que alteró gravemente sus ecosistemas: el conjunto dunar exterior fue arrasado casi en su totalidad para la construcción de un paseo marítimo, calles, y viviendas.

Este proyecto urbanístico estuvo a punto de destruir la Devesa pero a mediados de la década de 1970 y coincidiendo con la instauración de la Democracia, se consiguió paralizar la urbanización después de una gran movilización de los vecinos de Valencia y emprender su restauración.



Actuaciones en el frente litoral


En el conjunto dunar exterior se han eliminado las antiguas infraestructuras de servicio y la práctica totalidad del paseo marítimo. Además, se está recostruyendo el primer frente dunar de la Devesa tan importante en la contención del oleaje y los vientos marinos.


Restos del antiguo paseo marítimo.
Al fondo, la población de Cullera.

Empalizadas sobre la franja del antiguo paseo marítimo para favorecer la creación de nuevas dunas.
Al fondo, el puerto de Valencia.

Entre las plantas que habitan las dunas más cercanas a la playa destaca la algodonosa o cotonet, como es denominada en valenciano. Todos los ejemplares con que se ha revegetado las nuevas dunas desde el año 2000 son esquejes que proceden de la misma planta madre. Como nos explicó Paco, está previsto poder introducir en el futuro nueva genética procedente de plantas de lugares aledaños. Nuestro profesor añadió el efecto de las mutaciones somáticas como origen de nuevos genes sin necesidad de reproducción sexual. Estas mutaciones se producen con frecuencia en vegetales sometidos a altas tasas de perturbación como  les sucede a muchas quercíneas y como, en este caso, podría ser la misma algodonosa.

Algodonosa o Cotonet. Otanthus maritimus


Libélula Anax spp


Vanesa de los cardos (Vanesa cardui) sobre Centaurea spp.


Las Malladas



Tras las primeras dunas aparecen una serie de depresiones interdunares que se conocen localmente con el nombre de "mallades". Estas depresiones están formadas por suelos impermeables que se encharcan cuando llueve. Al evaporarse el agua con las altas temperaturas, la sal se va acumulando en forma de costras. La vegetación se instala en este ecosistema, a modo de anillos concéntricos en función del grado de salinidad.

Durante el proceso de urbanización de los 60, las malladas fueron rellenadas con arena procedente del primer cordón dunar y repobladas con eucaliptos para su total desecación.

Actualmente, las malladas han sido vaciadas de nuevo y lucen un aspecto más cercano al natural.


Mallada regenerada en la que llama la atención la disposición de la vegetación
 en franjas lineales bien visibles en vez de anillos concéntricos.
 Este fénomeno es debido a que en algún momento, antes de su rellenado, pudo ser arada
de tal manera que el sustrato del fondo quedó dispuesto en líneas paralelas
favoreciendo la concentración de sal en el fondo de los surcos y,
de esta manera, afectando a la disposición de las plantas.



Mallada en la que se hace bien patente la diferencia de condiciones ecológicas
 como manifiesta la marcada distribución de sus distintas especies vegetales.

 

Las dunas fijas


Se trata de las dunas más antiguas en las que la cobertura vegetal es mucho más densa.

En la zona más cercana al mar, influenciada todavía por los vientos marinos, se instala el jaguarzal, matorral abierto con abundantes claros arenosos.

Jaguarzo o Herba del esperits (Halimium halimifolium)

En las zonas más alejadas, donde la influencia del mar es menor, se instala la maquia litoral mediterránea caracterizada por su gran cobertura, densidad y diversidad. En este ecosistema destacan las formaciones de pino carrasco (Pinus halepensis) que crecen doblegados a capricho de la brisa marina.


Pinos carrascos (Pinus halepensis) modelados por el viento.

Formación arbustiva de Lentisco (Pistacia lentiscus) adaptada al viento marino.

En las dunas de transición aparece esta singular especie vegetal, el Enebro marino cuya recuperación llegó a formar parte del proyecto europeo Life Enebro.

Enebro marino o Ginebre marí (Juniperus oxycedurs subsp. macrocarpa)




Por la tarde fuimos a la Piscifactoría de El Palmar en la que se llevan a cabo con cierto éxito programas de cría en cautividad de galápago europeo y de las dos especies de peces de agua dulce más amenazadas de  Europa: el fartet y el samaruc que, a su vez, son endémicos de la Península Ibérica y cuya área de distribución actual prácticamente se reduce a la Comunidad Valenciana. Además, también se trabaja en el cultivo de plantas autóctonas acuáticas como nenúfares y lirios.


Fartet (Aphanius iberus), endemismo de la Iberia Mediterránea.


Samaruc (Valencia hispanica), endemismo de la Iberia Mediterránea.



Cría de Galápago europeo (Emys orbicularis)

Cría de Galápago europeo (Emys orbicularis)


En algunos de los acuarios, había varios gallipatos de grandes dimensiones. El encargado nos explicó que su nombre en valenciano Ofegabous significa "ahoga bueyes" aludiendo a la capacidad que tienen de desplegar las costillas y que puede tener consecuencias fatales si el ganado se lo traga al beber en charcas y abrevaderos.

Gallipato u Ofegabous (Pleurodeles waltl)




Gallipato u Ofegabous (Pleurodeles waltl)




Ya en el exterior, este ejemplar juvenil de Garza real (Ardea cinerea) se paseaba entre los tanques de la piscifactoría con intenciones sospechosas...




Tampoco esta garceta común, luciendo plumaje nupcial, ocultaba su firme intención de llevarse algún infeliz...

Garceta común (Egretta garzetta)


Seguidamente, nos acercamos hasta el Ullal de Baldoví. Ullal en valenciano significa ojo que, al igual que en castellano, aplicado a los ríos alude a las surgencias de agua. También este enclave es fruto del programa de recuperación de la Albufera al tratarse de un oasis siempre verde en medio de los arrozales.





Escudriñando el cañaveral de en frente del mirador pudimos descubrir con gran sorpresa una garcilla cangrejera...

Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides)

No fue hasta que vino a posarse la compañera de la izquierda cuando me percaté de que, junto a "mi primera garcilla cangrejera" había un martinete y otra compañera... ¡alucinante la concurrencia!



Y ya para despedirnos, dimos un paseo en la Barca del Tío Pastilla por la Albufera. Imposible no recordar las aventuras de amor entre Neleta y Tonet o la amistad entre la serpiente Sancha y el pastor por aquellos parajes, entre cañas y barro...



Barraca típica de la Albufera de Valencia más costumbrista

Fueron más que abundantes las observaciones de Garza real (Ardea cinera) durante el trayecto.












Garza real sobre las aguas de la Albufera.



Sobre un poste, este gracioso charrán ponía empeño en rascarse  la garganta.
Charrán patinegro o Xatrac becllarg (Sterna sandvicensis)

3 comentarios:

  1. Oi, xiquet, m'ha agradat moltíssim aquesta entrada teua. No sè com has pogut fer la foto de la garsa aixina, volant a tota velocitat.

    Bueno, va, ahora en castellano. Me ha gustado mucho esta entrada, ¡ya podías pasarte un día por Alicante o por Albacete! Tal vez algún día. Yo en la Albufera he estado solo una vez y me gustó mucho. Allí vi mis primeros calamones y una rareza: la cerceta aliazul.

    Un abrazo, campeón.

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    1. Por supuesto que llegará el día, Guille, lo bueno se hace esperar... ;) ¡Qué envidia haber visto la cerceta aliazul! Calamones tampoco vi pero ya los tengo bien vistos aquí en Madrid. La Garcilla cangrejera fue la estrella para mí aquel día.
      Y en cuanto a la foto de la garza en vuelo ni yo mismo sé qué es lo que ocurrió exactamente para que saliera medianamente... Con decirte, además, que iba sobre la barca del Tío Pastilla... ¡imagínate mi pulso!

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