Sergio de Carabias

Sergio de Carabias

lunes, 13 de mayo de 2013

Salida de campo con la asignatura de Ictiología a Extremadura

Partimos el miércoles día 8 desde Madrid. La primera parada fue en el río Ibor pero, justo en el momento de ir a pescar, habiendo dispuesto todos los preparativos, los profesores se percataron de que faltaba "un cable"  por lo que hubimos de recoger y proseguir hacia Badajoz con gran autoinculpa por su parte... Perdonados quedan.


Por la tarde, nos acercamos al Río Guadiana a la altura de la depuradora de Badajoz para observar un paso de peces que salva el salto de agua producido por una presa. Pese a la suciedad y el hedor reinante en el ambiente, como suele suceder, ante la abundancia de recursos tróficos apoyada en el vertido de desechos orgánicos había una gran presencia de aves, especialmente de garcilla bueyeras que tenían su colonia en algunos sauces.


Cigüeña (Ciconia ciconia) y Cigüeñelas (Himantopus himantopus)


Garcilla bueyera (Bulbucus ibis) con plumaje nupcial

Garcilla bueyera (Bulbucus ibis) en vuelo


Garceta común (Egretta garzetta)

Pareja de Milanos Negros (Milvus migrans)





El jueves fuimos a la piscifactoria de agua dulce de Badajoz donde, entre otras labores, se reproducen algunas especies para repoblaciones de ríos, algunas autóctonas pero la mayoría con fines de pesca deportiva.

Descubrimos varias culebras de agua haciendo su "mayo" en los tanques y albercas donde abundaban los alevines de carpa, blackbás, tenca...


Culebra de agua (Natrix maura) nadando


Culebra de agua (Natrix maura) con la cabeza emergida

Finalmente, una de ellas fue a caer en nuestras manos al ser capturada por un ávido compañero.




Después de un largo paseo, y más larga charla acerca de los muchos parámetros y demasiados tecnicismos del oficio de acuicultor, llegó el turno del momento más esperado: contemplar los peces de los que tanto nos habían hablado.




Entre las especies autóctonas que, a duras penas, todavía sobreviven en nuestros ríos se encuentran:


Pez fraile o Blenio de río, Salaria fluviatilis

 Es un pez pequeño que no suele alcanzar los 9 cm y no tiene escamas. Perteneciente a la familia de los Blénidos, es el único representante de agua dulce. Es de vida bentónica y carece de vejiga natatoria. Las aletas pelvianas se encuentran muy adelantas y reducidas a unos pocos radios con los que se apoyan sobre el sustrato.  Encima del ojo tiene un pequeño tentáculo y los machos presentan una cresta cefálica muy desarrollada durante el periodo de celo lo que les confiere el aspecto de fraile que da nombre a la especie. Es carnívoro y muy voraz en proporción a su tamaño, come invertebrados e incluso pequeños peces.
La reproducción se realiza entre abril y julio. El macho se queda vigilando la puesta, defendiéndola agresivamente frente a posibles depredadores, limpiando el nido de arenillas y ventilando los huevos mediante el movimiento rápido de sus aletas.
El pez fraile es de distribución circunmediterránea. Si bien antaño era abundante en los ríos de la Península, actualmente sufre una fuerte regresión como consecuencia de los principales problemas que afectan la ictiofauna ibérica: la introducción de especies exóticas invasoras, la construcción de presas y la contaminación de las aguas. En Extremadura sólo está presente en la cuenca del río Guadiana.


Macho de Pez Fraile
 con leve desarrollo de cresta cefálica
Macho de Pez Fraile



 
Hembra de Pez Fraile.
Nótese la total ausencia de cresta cefálica.

Y a continuación, un par de machos de pez fraile que sacamos del Guadiana, a su paso por Badajoz, en un celo muy avanzado como denota el gran desarrollo que presentan sus crestas cefálicas.


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Calandino, Iberocypris alburnoides 
La distribución mundial se restringe a las cuencas de los ríos Duero, Tajo, Guadiana, Odiel y Guadalquivir por lo que es una especie endémica de la Península Ibérica.
Es un pez que exige poco del medio, pudiendo vivir en prácticamente todos los tipos de aguas presentes en las cuencas donde se distribuye, constituyendo en muchas ocasiones la especie más numerosa en muchos de los tramos en los que se encuentra.
A pesar de este dato, la lista roja de la ICUN le califica como Vulnerable.





Jarabugo, Anaecypris hispanica
Se trata de otra especie endémica de la Península Ibérica que habita exclusivamente en la cuenca del Guadiana. El Catálogo Nacional Español la incluye en la categoría de Vulnerable.




Cacho, Squalis pyrenaicus
Especie endémica de la Península Ibérica que se distribuye por las cuencas del Tajo, el Guadiana, Guadalquivir y otros ríos del Sur y el Levante.







Esturión común (Acipenser sturio)
 Fue una especie común en los grandes ríos de la Península Ibérica. Actualmente se le da por extinto en estado salvaje. La última cita es del año 1992 en el río Guadalquivir.





Como especies exóticas introducidas en nuestros ríos encontramos:



Carpa (Cyprinus carpio)
De origen asiático, actualmente se encuentra distribuida por todo el mundo. En España le debemos su introducción a los romanos que la criaban para su aprovechamiento alimenticio.
En el ejemplar de la imagen, son bien visibles delante de los ojos las narinas (orificios con entrada y salida) que tienen función olfativa y de las que derivan nuestras narices y las de los demás vertebrados terrestres.



El Perca Sol, Lepomis gibbosus
Se trata de otra especie de carácter invasor que, tristemente, cada vez es más frecuente en nuestros ríos y embalses.



 Gambusia, Gambusia affinis
De origen sudamericano, fue introducida en charcas y ríos de España hace algunas décadas para combatir los mosquitos pero pronto se convirtió en una especie fuera de control que causa graves perjuicios sobre otros peces y anfibios al depredar sus puestas y larvas y competir en recursos con los adultos.


Hembras de gambusia



Lucio europeo, Esox lucius 
 Fue introducida en los años 50 por la Administración para la pesca deportiva, siendo traslocado por toda la Península. Actualmente constituye una amenaza importante para la conservación de la biodiversidad por su impacto sobre la ictiofauna autóctona, así como sobre anfibios e incluso avifauna.






En el centro de la sala, este bonito acuario servía de inspiración al ensimismamiento de algunos compañeros.

¿Qué tendrá el suave nadar de los peces que a todos hipnotiza?




El sábado nos acercamos hasta el río Gévora, en las inmediaciones de AlbuRquerque (que no Albuquerque) para continuar con la pesca.

El método del que nos servimos fue la pesca eléctrica que, por su extrema eficacia, está prohibida para fines no científicos. Los profesores nos contaron que, obviamente, debieron solicitar los permisos oportunos para poder practicarla. Se trata de una técnica que utiliza un generador de corriente continua que provoca en los peces una narcosis transitoria que los inmoviliza facilitando de esta forma su captura y por la que, supuestamente, no sufren; este fenónemo recibe el nombre de electronarcosis. Seguidamente, los peces son capturados y llevados a tierra para ser medidos y censados. Las especies autóctonas como los barbos y peces frailes son devueltas rápidamente al río y las exóticas son preparadas para su aprovechamiento en posteriores prácticas en la facultad.









Además de muchos y enormes ejemplares de barbo comizo (Luciobarbus comizo) en celo, nos salieron estas otras especies introducidas:

Pez gato (Ameirus melas)


Lucioperca (Sander lucioperca)

Amplexo axilar de Rana Verde Común (Pelophylax perezi)


En el viaje de vuelta nos pusieron varios vídeos relacionados con el mundo de los peces para "amenizar" el trayecto. Uno de ellos relataba la vida a bordo de un grupo de científicos del CSIC en el Buque Oceanográfico García del Cid hacía un par de décadas o más... De pronto, sin previo aviso, alguien dio la voz de alarma. En efecto, allí estaba, uno de nuestros egregios profesores hablando a la cámara con un pescado entre las manos. Con el mismo poco pelo que ahora, pero mucho más oscuro, y unas gafas setenteras. Breve intervención, no así la lluvia de aplausos y vítores que la siguió.

Las filmaciones se fueron sucediendo hasta que le llegó el turno a un documental que trataba la sobrexplotación del lago Tanganika con sus nefastas consecuencias sobre el medio natural y las gentes del entorno que a algunos bajó algo los ánimos. Nada que no pueda solucionar una peli del Pato Lucas como recomendara el mismo sabio del buque que momentos antes, hace más de veinte años, nos hablaba desde la pantalla.




sábado, 11 de mayo de 2013

Las nieves de mayo en las Lagunas de Neila

Aprovechando el próspero puente de primeros de mayo que en la Comunidad de Madrid todavía tienen a bien respetarnos, fuimos el pasado viernes día tres hasta las Lagunas de Neila con la esperanza de ver algún tritón palmeado u orquídea tempranera. Ingenuo de mí al no pensar en el manto de nieve que nos aguardaba para sorpresa nuestra...

Tuvimos que dejar el coche bastante abajo para comenzar a subir por la carretera asfaltada toda ella cubierta por un palmo de nieve.

Las hayas amenizaban con sus tonos cálidos la gélida estampa invernal.


Todo un ejército de altos pinos albares estaba allí para escoltarnos el  resbaladizo ascenso.

Con la nieve ya por las rodillas llegamos a la Laguna de las Pardillas, toda ella congelada como en un suspiro.




Tras un repecho, alcanzamos el mirador de San Francisco de Asís para disfrutar con la panóramica del pueblecito de Neila y el Pico Urbión con sus cumbres cubiertas de cristalino algodón. Allí, sintiendo la caricia del viento helado en el rostro, volvieron a resonar con fuerza aquellas palabras que, no por antiguas, olvidadas, de un gran maestro que no sólo me enseñó Geografía e Historia, sino también a abrir los sentidos a la naturaleza:


"Donde la monotonía del pinar deja de ser atosigante, donde los espacios se abren y se hacen enternos por la sugerente composición de los cordales; donde la vista, por fin, es libre y nadie ocupa la distancia entre tus ojos y tus deseos, allí, en ese pedestal, cierta humanidad colocó un mirador dedicado a honrar al seráfico San Francisco de Asís. Digo yo que sólo personas con la inmensidad ardiente que poseía el Padre Francisco podrán gozar tan felizmente de la musicaliad de tantos paisajes como se contemplan desde este lugar. Y es que, como sabrás, San Francisco veía y oía en la naturaleza creada por su Señor mundos muy distintos a los que percibimos nosotros.
Es necesario prepararse para deleitarse y en ese gozo amar la naturaleza. Y amar es repestar profundamente y luchar para que otros, otras generaciones, puedan aspirar saberes y respirar los aromas de todos los vientos que se acerquen a tu vida"

J. Elena González




Al llegar donde el camino se bifurca para continuar por las Lagunas Altas, la nieve nos alcanzaba la cintura hasta cubrir nuestros ánimos de seguir adelante. Gracias a que apareció un hada entre las nieves, tan risueña y alegre, y nos recomendara acercarnos hasta la Laguna de los Patos y la Laguna Brava, recobramos las fuerzas para alcanzarlas. El espectáculo, una vez más, maravilló nuestros sentires.

Tras atravesar los grandes pinos doblegados por el peso de la nieve
allí estaba la Laguna Brava, igualmente congelada



Yo no sé cómo serán los lagos en el Cielo
pero no creo que muy diferentes de algo así...



Escalonados sobre las orillas,
las piedras y arbustos cubiertos de nieve lucían este aspecto dunar
Bien metido en el agua, quién sabe si este pino petrificado
cumplía castigo por haber querido cruzar la laguna
en un loco intento de soñar que nadaba...

Nos llamó la atención este pescador, tan ensimismado en sus cavilaciones,
que ni siquiera parecía haberse percatado de que se le había caído la caña.
Por más que intentamos llamar su atención para avisarle, ni se inmutó...


Refugio de montaña sobre la cristalina Laguna de los Patos.


En lo alto de las copas de los pinos, este Carbonero Garrapinos parecía entretenerse en contestar los reclamos de su vecino Petirrojo en una interesante conversación.

Carbonero garrapinos (Parus ater)



Petirrojo (Erithacus rubecula)


Ya después de comer, bajamos hasta el pueblito de Neila para llegar hasta el Chorlón. Chorlón es el nombre que se da en la zona a los saltos de agua más llamativos, de ahí que se conozca esta cascada de 17 metros de altura como "El Chorlón de Neila".


La senda transcurría por una ladera que caía a pico sobre las aguas del arroyo que hacía un rato se habían precipitado con gran alboroto por el Chorlón. En el camino no faltaron las hayas recién brotadas y algunos tejos de gran porte sobre un tapiz húmedo cubierto de musgos, heléboros, violetas y primaveras.





Eléboro Verde (Helleborus viridis) en flor


Efímera sobre musgo


 En el camino, nos encontramos con hasta tres ciervos muertos. El más reciente de ellos, todavía conservaba las marcas de haber tirado las cuernas hacía poco. A todos sorprenden las últimas nevadas de primeros de mayo pero mucho más las sufren aquellas criaturas que habitan en el bosque sin más abrigo que el cobijo de la maleza, como este viejo macho que se acercó hasta la orilla, seguramente, para saciar la última sed que sentía en esos valles...





Marcas todavía tiernas de haber tirado las cuernas hace pocos días.


Pero como en la naturaleza lo que es muerte para unos da la vida a otros, encontramos el cuerpo yacente repleto de estas pequeñas mosquitas, las más de ellas, aprovechando la ocasión para dejar su descendencia en semejante reserva de alimento.

Ejemplares de Calliphora spp y otros dípteros, fauna necrófaga.







Para acabar la tarde, paseamos por las serranas calles de Neila que nos ofrecieron algunas estampas que parecían estar sacadas de años pretéritos en los que ya en las tardes de primavera se hacía acopio de leña amontónandola a la puerta mientras el guardián de la casa sesteaba al sol de media tarde.