martes, 22 de diciembre de 2015

Fadiouth, La Venecia Senegalesa



     En la costa de Senegal, al refugio de un cordón litoral o restinga de arena, flota tranquilamente una pequeña isla a salvo de las grandes olas del Océano Atlántico. En el horizonte se recorta entre el cielo y el agua el perfil de un pueblo sencillo y humilde, ajeno al recuerdo italiano que en mi memoria despierta esta Venecia senegalesa...




     La isla de Fadiouth queda unida a la Madre África a través de un puente de madera que ondea sobre el agua como las pequeñas olas que bajo él suavemente tambalean. Los faroles y tejados de los descansillos le dan a la construcción cierto aire oriental...




     El continuo ir y venir de laboriosas mujeres aparatosamente cargadas a la cabeza simula la incesante actividad de un hormiguero en el que habitaran hormigas de dos piernas.




     Que Fadiouth es una población de confesión cristiana, minoría religiosa en África, es un hecho que enseguida se desprende al observar su cementerio, el campanario en su cima por una cruz rematado y también por la cantidad de cerditos, puercos o marranos que la vista encuentra en su recorrido. Un animal, cabe recordar, maldito para musulmanes y judíos.





     En un mar de desperdicios, buscan los cochinos restos orgánicos que comer con su alargado hocico a modo de aspiradora.





     La porquería se acumula por doquier en el agua y en la tierra. Gracias a las patrullas de piaras que viven libres por las calles, el entorno queda limpio de restos de comida pero nada pueden hacer contra plásticos y envases que van cambiando de lugar movidos por viento y marea.




     El detalle más llamativo de Fadiouth son sus suelos cubiertos por una alfombra de conchas blancas de pequeños bivalvos que se estremecen bajo los pies entre crujidos huecos. Recostados contra los muros de las casas, colocan coloridos cestos de fibra vegetal, muestra de la artesanía local.




     También abundan por las calles y pasajes, los pescados ya limpios, abiertos y salados, secándose al sol. El aire se empapa así con los fuertes olores a entraña de mar.












     Sobre el tapiz de blancas conchas se pasea un pajarito con plumas de oro y capucha de azabache. Sus patitas se pierden entre las oquedades que el calcio formó cuando tuvo vida.




     Pero no sólo de los frutos del mar viven en Fadiouth. Erigidos sobre pilares de madera, se levantan sobre el agua un rebaño de graneros para evitar que la subida de la marea malogre la cosecha.




     Un grupo de mujeres de piel blanca acaba de llegar a Fadiouth. Como embajadoras de un lejano país europeo, pasean curiosas por las calles captando la atención de los locales. Las madres portan sombreros y faldas, las jóvenes pantalones cortos y coleta... ¿Se creerán los niños negritos que en Europa las mujeres adultas deben taparse la cabeza y llevar libres las piernas?





     A la hora de marchar, el grupo de extranjeras decide tomar una barquita. Faltan el estilizado ferro y la práctica forcola,el largo remo y la camiseta a rayas y el sombrero del patrón pero algo hay de góndola en el alma de esa embarcación.



miércoles, 9 de diciembre de 2015

Relamios de jirafa


Se relame la jirafa
pensando en hojas de acacia
tiernas y verdecitas
de los brotes, sin espinas,
apenas ya despertadas
a las luces de la vida.






viernes, 4 de diciembre de 2015

Nube de Noviembre



Nube de Noviembre,
¿a qué has venido?
si es para llover
mójame y vete
no enturbies el horizonte
por favor te lo pido.
Sal de la mente
de mi Cielo escondido
de las lluvias ausentes...
¡no quiero nada contigo!










sábado, 21 de noviembre de 2015

Para jugar


Para jugar
tu silla de ruedas me da igual
y tus piernas flaquitas.
Si no puedes andar
yo te puedo empujar.
Sólo importa ser amigos
y pasarlo bien
para jugar.



viernes, 20 de noviembre de 2015

Vente a vivir conmigo



Quisiera ser vecino
en este vecindario
y no tener por casa
nada más que un nido
de pajitas y palitos,
redondo y mullido,
a la hoja tejido
de una alta palmera
con cuidado y cariño
y quedar en el aire suspendido.
¿Te imaginas que sopla el viento?
Sería tan divertido...
Balancearse con la brisa
al compás de los trinos
de los pájaros amarillos.
¡Anímate, yo estoy convencido!
¡Vente a vivir conmigo!





jueves, 19 de noviembre de 2015

El Ángel de la Montaña


     En la cara Sur de los Andes Venezolanos, cuya pico más alto, el Bolívar, supera por poco los 5.000 m de altitud, a la vera del camino que sube ladeando por el valle tras dejar atrás el último pueblo de Los Nevados, encontramos con la emoción del viajero casi perdido y cansado un apacible refugio regentado por una amable y dulce anciana de nombre Francisca, o Panchita, según la libertad y confianza que nuestra amiga Yi decidió tomarse movida por la dulce cercanía que la abuelita le inspiraba.

Los Nevados, Venezuela (2.500 m altitud)


     La construcción, de forma cuadrangular, alberga las estancias: dos habitaciones con literas y una cocina-comedor que tienen salida al patio, flanqueado por firmes muros encalados, y al que se entra desde fuera por una puerta de madera de corte campesino, al estilo castellano. Imposible le resulta a la memoria no recordar los valles y caseríos pasiegos, verdes y blancos.


Refugio de montaña de doña Francisca.

Patio interior del refugio.


     Llegamos un poco antes que doña Francisca, quien de pronto apareció por entre la galería de árboles allá abajo. Mirándola caminar con ese ímpetu y energía me pregunté cuántos años podría tener ¿cincuenta, sesenta, setenta? Comprobé que la vida en la montaña estropea mucho la corteza pero fortalece la madera en el interior pues allí venía ella, subiendo sin resoplar por aquel sendero como de cabras, como un pajarillo volando de rama en rama... Nos abrazó a todos con su sonrisa bella y algo desdentada, como una vida sufrida que pese a sus cicatrices es especialmente hermosa.


     Enseguida empezó a preparar la cena: un guiso de pollo que me supo como pocos y que casi un año después, al recordarlo, todavía me despierta el apetito y serena mi espíritu. A la luz del candil preparó las verduras y troceó la carne fijando la atención de sus ojillos tras sus lentes de cristales algo gruesos y turbios... Sus manos arrugadas hacían bailar entre los dedos a cubiertos y alimentos una danza antigua, de buen sabor, al ritmo de los chisporroteos del fuego, el agua borboteando y el chocar metálico de ollas y calderos... ¡qué melodía de olor y música para los sentidos! Una larga trenza de plata le caía desde la gorra roja que se movía por la oscura cocina, nublada por un denso humo, con aires decididos de gorro de auténtico chef.



Doña Francisca echando leña al fuego.






La mesa del gran festín: ensalada de arroz, zanahoria y patata y guiso de pollo.


     Pasamos la noche al calor de aquellas paredes de piedra, algunas mantas y una buena chimenea. Todavía no éramos capaces de imaginar cuánto echaríamos de menos aquella comodidad apenas 24 horas después, bajando ya del Bolívar en el chamizo que albergó al mismo Humboldt en su expedición a primeros del s XX pero ésa, es ya historia para mañana... Al despertar, doña Francisca nos tenía preparados de desayuno leche con agua panela y arepas.





     No tardó en llegar la rista de burritos que nos habrían de subir a las faldas del mismo Bolívar. Desde mi montura fue la última vez que vi despidiéndonos, con dulzura y cariño, a aquella mujer que nos abrió las puertas de su casa y de su corazón, aquel Ángel de la Montaña.




miércoles, 18 de noviembre de 2015

Antes de ser Jirafa



La     Jirafa,
antes de ser jirafa,
fue princesa
de una alta torre
de la selva senegalesa.

Por eso sus dos cuernos
a modo de tiara
y su largo cuello
para alcanzar a ver
 tras las almenas.

Pero mírala
¡si todavía 
se reverencia
con la   gracia 
de Su    Alteza!



martes, 17 de noviembre de 2015

Tiene prisa


Viene subiendo cuesta arriba
con las luces encendidas,
parece firme y decidida...
¿es la muerte o es la vida?

Sea lo que sea
 tiene prisa.


Mérida, Venezuela.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Da las Gracias


Por estar vivo
y respirar
por ser quien eres
y estar donde estás,
da las Gracias.

Por el nuevo día
que hoy disfrutas,
por la luz del Sol
que te ilumina,
da las Gracias.

Por tener compañía
o soledad,
por tus amigos y familia
los de cerca y los de más allá,
da las Gracias.

Por lo que has sido
y lo que serás,
por lo que has vivido 
y vivirás,
da las Gracias.

Por todo lo que te pasa,
aunque pueda parecerte raro,
algún día lo entenderás
que todo lo que pasó
tenía que pasar,
era parte del camino 
a la Felicidad.



sábado, 14 de noviembre de 2015

Cuando la Educación marca la diferencia entre la Vida y la Muerte


     Ayer fue el día más triste desde que llegué a Paraguay. Fueron dos los golpes que me dejaron profundamente consternado, partida el alma en dos... El primero me llegaba tras el amanecer desde unos pocos cientos de metros, el segundo ya en el tramonto, desde la Ciudad de la Luz al otro lado del Atlántico...


     En la comunidad local con la que trabajo en Paraguay, una de las chicas de 14 años a las que con frecuencia visito para dar clases de Biología se había suicidado tomando matarratas al saber que se había quedado embarazada... Imagino que por miedo a la reacción de su familia y entorno, por miedo y desconocimiento más bien, se había matado llevándose por delante sus dos vidas, la que ya tenía y la que había engendrado.

        Recuerdo bien la última vez que la vi, un día antes, en la escuela. A falta de una semana para terminar el curso escolar antes del inicio del verano en el Hemisferio Sur, se respiraba un ambiente festivo y alegre. Los más pequeños se afanaban en limpiar sus aulas, mojando antes de barrer los suelos de tierra para evitar levantar demasiado polvo. Las chicas mayores estaban sentadas en un corro de sillas en el pasillo mientras que sus compañeros varones terminaban unos ejercicios dentro de la clase. Me recibieron con sonrisas pícaras y los ojos encendidos, propios de su despertar a la adolescencia. Les saludé amablemente y les pregunté qué tal las notas: "¿Muchos cincos? ¿o todo unos?" Risitas y comentarios en guaraní... Y allí estaba Ella, distraída y absorta, con el celular en la mano tecleando de vez en cuando y haciendo deslizar la pantalla de arriba hacia abajo... No me sorprendió, era su misma actitud de siempre. Recuerdo haberle llamado la atención uno de los primeros días en clase ante su total "pasotismo": 

"¿Por qué es importante atender en la escuela? 
Es necesario aprender y saber para hacer lo que nos guste y queramos en la vida. 
EL SABER NOS HACE LIBRES". 

      Sin embargo, ni yo ni nadie fuimos capaces de engancharla al tren de la motivación, del saber y de la vida, el tren de la libertad... ¡Ay, si hubiera sabido lo que estaba por hacer! Tampoco sé qué hubiera podido hacer yo exactamente... pero, obviamente,  lo posible por evitar que en estos momentos la tierra, húmeda de lágrimas, esté  arropando ya su cuerpo envenenado...


Tranvía de Corcovado de bajada del Cristo Redentor.
Río de Janeiro.


       "El Saber nos hace libres" ya lo dijo hace miles de años Sócrates, el filósofo griego que de esto algo entendía. Si Ella "hubiera sabido" más de lo que sabía, estoy seguro de que no se hubiera quedado embarazada ni, mucho menos, hubiera decidido quitarse la vida. Dos dramáticos hechos fruto de su incapacidad para elegir, de su falta de libertad, de su insuficiente educación...

      Precisamente, las mismas tristes circunstancias por las que anoche se derramó tanta sangre inocente en París... La Sabiduría y la Libertad hacen valientes que eligen, la ignorancia y el fanatismo, cobardes que solamente obedecen...

       Ser biólogo y profesor, para mí, son las profesiones más bonitas del mundo y las que libremente he elegido desempeñar. Hoy más que nunca mi deseo es seguir enseñando a los niños y jóvenes del mundo las leyes que rigen la vida y cómo merece ser vivida: con el máximo respeto, en paz y armonía.

***



       Quiero incluir un pequeño fragmento, cuyo significado comparto absolutamente, de un precioso y emotivo mensaje que acabo de recibir de la Madre Luz, Dominica y antigua profesora mía de la que tantas buenas cosas aprendí y sigo aprendiendo:

"Es bello y bueno estar abierto para vivir con los demás: sus problemas, sus éxitos, su dolor... y muchas veces a pesar de nuestro interés, nuestro deseo de compartir y ayudar, tener que aceptar que el RESPONSABLE del ser y hacer es CADA persona. Siento hondamente el final de esa chica que no supo, no puedo aceptar su problema..."




sábado, 7 de noviembre de 2015

Cuando veo una gallina



Cuando veo una gallina
mis ojos se agrandan
mi corazón palpita
¿acaso existe una criatura
más bella o linda?

Con su cresta roja
y sus patas finas
picoteando el suelo
buscando comida.

Y si está clueca
o tiene pollitos, encima,
qué regalo para los ojos,
¡qué maravilla!

Disfrutar viendo
cómo los pequeños pían
mientras su mamá,
 atenta, les cuida.

¡Es que me encanta
cuando veo una gallina!




martes, 27 de octubre de 2015

El gato toledano



Llegaste a mi ventana
en un momento inesperado,
te ganaste mi confianza,
me dejaste alucinando...

Te gustaban mis cosquillas
y comer de mi mano,
a mí tu ronroneo
y tu pelaje atigrado.

Nos hicimos muy amigos
y pasamos buenos ratos
jugando tras los pájaros;
era primavera, ya casi verano.

Y un día sin previo aviso
desapareciste entre los tejados,
ahí fue cuando supe
que me había enamorado...

¡Oh, cruel destino!
¡maldito gato toledano!
la próxima vez que te pille...
¡te cortaré el rabo!



lunes, 26 de octubre de 2015

Los niños Tupinambás de los árboles.



     Amigos y amigas, aprovecho antes que nada para pediros, por favor, vuestro amable voto con un sólo click:

      "En busca de la verdad de los niños" es mi propuesta de viaje para este concurso y que tendrá por objetivo conocer y contar los cuentos, leyendas e historias que vaya escuchando a través de Ecuador, Bolivia y Chile si consigo ser seleccionado. Con tu ayuda, ¡estaré más cerca de conseguirlo!


      ¡¡¡MUCHAS GRACIAS POR TU APOYO, VOTO Y DIFUSIÓN!!!




     No lejos del maravilloso enclave por el que hoy día se extiende la ciudad de Río de Janeiro, tenía su asentamiento un grupo de indígenas de la etnia Tupinambá, de la familia Tupí, antes de la llegada de los primeros europeos.


Tití de pinceles negros o Mico estrella "Callithrix penicillata"



      Fue un 20 de enero, o janeiro, en portugués, del año 1502 cuando por vez primera veían aquellas tierras tantos ojos nacidos a orillas opuestas del Atlántico. Tan pronto como el poblado descubrió aquellos extraños hombres pisando la arena de las playas de la Bahía de Guanabara, con sus cuerpos brillantes emitiendo destellos como rayos solares, sosteniendo lanzas y adargas, algunos montando raros animales como enormes tapires de finas patas y largas crines, todos los niños y niñas corrieron a la selva. Así lo hacían cada vez que se sentían atacados por una amenaza externa. Eran frecuentes las incursiones de tribus vecinas en busca de bienes y víveres, esclavos cautivos y otros crueles intereses... Los niños permanecían subidos a los árboles en medio de la selva hasta que los adultos iban en su busca, silbando y gritando, para advertirles de que el peligro había pasado.





     Sin embargo, aquella vez, por más que los niños les esperaron no recibieron noticia alguna y, desde entonces, medio siglo después, siguen subidos a los árboles, viviendo en la selva, perdida la mirada de sus ojillos inocentes, esperando el regreso de sus padres para volver juntos, felices y contentos, a su aldea...





lunes, 19 de octubre de 2015

Por no haber nacido gota de agua


Cae el agua entre las rocas
rugiendo con la furia de mil leones
de melenas de espuma blanca.


Mi naturaleza humana se lamenta
por no haber nacido gota de agua
que pueda saltar y gritar
tirándose por las cascadas...




viernes, 16 de octubre de 2015

Entre Argentina y Brasil se halla el Edén


Se equivocaba el antiguo pueblo de Israel
situando en Mesopotamia el Jardín del Edén...


lunes, 5 de octubre de 2015

Un rodeo en Paraguay



     Amigos y amigas, aprovecho antes que nada para pediros, por favor, vuestro amable voto con un sólo click:

      "En busca de la verdad de los niños" es mi propuesta de viaje para este concurso y que tendrá por objetivo conocer y contar los cuentos, leyendas e historias que vaya escuchando a través de Ecuador, Bolivia y Chile si consigo ser seleccionado. Con tu ayuda, ¡estaré más cerca de conseguirlo!


      ¡¡¡MUCHAS GRACIAS POR VUESTRO APOYO, VOTO Y DIFUSIÓN!!!



      La influencia de la cultura española es omnipresente en casi toda Sudamérica. La lengua castellana es un ejemplo de ello que llega a resultar avasallador y que sólo da respiro a otras precolombinas como el guaraní en casos de excepción como es Paraguay. Y es que así ha funcionado por mucho tiempo, y sigue haciéndolo actualmente, la dinámica entre los distintos pueblos y civilizaciones humanas: a través de conquistas e imposiciones. Al fin y al cabo... ¡qué somos nosotros mismos, los españoles, sino la herencia de muchas invasiones y dominaciones a lo largo de los siglos! 

     Por esa misma influencia de la Madre Patria, que en su día  heredara de griegos y romanos, existe todavía la fea y desagradable costumbre de realizar festejos y celebraciones en los que tiene lugar un manifiesto maltrato hacia nuestros semejantes: los animales. Un ejemplo de ello, especialmente doloroso por su todavía extendida y tolerada aceptación, son las que tienen que ver con los toros. En Paraguay es habitual la celebración de "ruedos" en los que se corre a varias reses con pases de capote y piruetas. Afortunadamente, en este caso, el toro no es sangrado con punzantes instrumentos ni acaba muerto.


Un par de mozos tiran del rabo al toro.


     Son mediados de septiembre y fiestas en Santa Rosa del Aguaray en honor de su Virgen homónima. Por la mañana se ha celebrado Misa Mayor y, seguidamente, la procesión con la Virgen. Después de reunirse las familias y disfrutar de un rico asado, al caer de la tarde, el ruedo comienza a llenarse poco a poco con cientos de personas, ruidosas e inquietas.







     Hace hora y media que debía haber empezado la corrida, cuando se produce el salto a la arena de un dúo de cómicos payasos que comienzan a hacer chistes idiomáticos en castellano y guaraní. El más pequeño de ellos camina con grandes esfuerzos debido a lo que debe ser una minusvalía que, sin embargo, no le supondrá obstáculo alguno para montarse a lomos de los novillos como podremos ser testigos en breves momentos. Por lo que me comenta mi compañero de banco, bajo sus pantalones se esconde una pierna de madera...





     El público general estalla en una sonora carcajada general a cada instante. Yo apenas sí consigo enterarme de alguna de las bromas...





     Al fin, los payasos desaparecen y suena el pasodoble "Que viva España" con más chanza y juerga que solemnidad. Entre aplausos salen al ruedo varios bravos mozos ataviados con un aparente vistoso traje de luces y otros llamativos complementos...








     Liberado el primer novillo, comienzan los pases de capote sin compañía de los típicos "oooooleeeee". Los toros son grandes y entraditos en carnes ¡y no tienen cuernos!









     Para seguir cansando al animal, comienzan las montas y saltos sobre su lomo. Nuestro pequeño amigo cojo demuestra su habilidad de vaquero al galope.








     Pasada la inicial agitación e impetuosa energía, cuando ya el toro da muestras de verdadero agotamiento, los más valientes toreros se atreven a efectuar piruetas sobre él.






     De pronto se apagan todas las luces entre un alarido de incredulidad. El pueblo de Santa Rosa se queda sumido en tinieblas, las mismas que poblaron una vez las noches de los primeros humanos. El toro sigue en la plaza, y los mozos y el público. Se decide esperar unos instantes para comprobar si vuelve la potencia eléctrica aunque enseguida empieza a sonar con fuerza el rumor de que el gerente del ruedo ha tenido algo que ver en esa fatal casualidad, justo con el segundo toro de la tarde y tras una importante demora en el comienzo del espectáculo...  





     El fin último del espectáculo con cada toro es tirarlo al suelo entre todos los compañeros y aguantarlo por varios segundos, patada en la garganta incluida, el acto de mayor repulsa, crítica y denuncia.











     Que en España corren nuevos tiempos es una realidad. El sufrimiento animal cada día es más criticado y denunciado en todas sus formas y desde todos los frentes. Ojalá Paraguay se sume pronto a esta ola creciente por la defensa del bienestar de quienes comparten con nosotros el inmenso placer que es la vida.