miércoles, 23 de septiembre de 2015

El velatorio que casi acaba en boda




     Corría el año 1951 cuando el fotógrafo William Eugéne Smith aterrizaba en la oscura España del Franquismo con la misión de conocer e informar acerca de aquel país aislado del que tan poco se sabía en el exterior. Estados Unidos se estaba planteando incluirlo como aliado pero antes necesitaba saber exactamente cuál era su realidad. William, como "buen periodista", quiso poner el objetivo sobre aquellos detalles más llamativos e impactantes ahondando en la miseria que reinaba en el mundo rural.






      Una de sus fotografías más famosas fue la que realizó a un grupo de mujeres velando a un difunto y que he intentado reproducir a boli negro con más o menos éxito. Aunque el instante puede parecer poco agradable y hasta tenebroso, resulta magistral la composición e iluminación de las caras y cuerpos.


       Pero la historia inusual, casi disparatada y hasta surrealista que le sigue, es que pocos meses después de aquella toma llegó al pueblo cacereño de Deleitosa una carta con origen Estados Unidos y dirigida al alcalde preguntando por las señas de la muchacha que aparece en el centro de la fotografía. Además, aquella misiva venía acompañada de muchos regalos: laca, perfume, maquillaje... productos que por primera vez veían aquellos ojos y aquellas tierras. Resultó que un joven apuesto americano, al contemplar la fotografía en una revista, se había enamorada de la nieta que velaba a su abuelo. A la primera carta le siguieron unas cuantas más para emoción de todo el pueblo que, además de seguir fervorosamente cada detalle de la relación, fantaseaba con aportaciones propias sobre los millones y otros bienes que el pretendiente debía tener al otro lado del charco... La joven tenía su propio novio en el pueblo que decidió acabar la relación con el aumento de sus celos tras cada misiva. Finalmente, se vio obligada a emigrar con parte de su familia a Barcelona para aligerar el peso que le suponía el continuo cotilleo de sus vecinos entorno a ella. 

      Hoy en día, los dos protagonistas de la historia aún viven. El hombre americano se casó con una mujer de la que se separó a los 9 años y actualmente padece alzhéimer. La mujer extremeña nunca se casó y sigue viviendo en Barcelona recordando, divertida, su particular aventura americana.




      Otro de los mágicos momentos que William E. Smith retrató fue el Bautizo de un recién nacido también  en el pueblo de Deleitosa y que, una vez más, me tomé como reto su ilustración.








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