jueves, 16 de abril de 2015

Inspiraciones de primavera por el Nordeste de Segovia



     Es una tarde de finales de marzo, con la primavera recién estrenada, la hierba asoma ya verde y brotada y el cielo azul totalmente despejado. Contra el horizonte se recorta el Pico del Lobo blanco y nevado. No ha podido resistirse el camino a firmar con doble trazo entre los pastos... ¡ahora sí, ya está terminado el cuadro!




   Por entre las verdes lomas cruza un camino de tierra que se tuerce y serpentea, desaparece y asoma. Quién sabe lo que busca, sueña o anhela... Descansar en un baldío o llegar a Roma... ¡Suerte, amigo Camino! ¡que encuentres la paz que deseas!




      Los surcos de los sembrados peinan la tierra. Sus cabellos son verdes y marrones, mitad trigos, mitad terrones.






     En lo alto del barbecho, han dejado un montón de estiércol que paciente aguarda fertilizar la tierra.  Mientras, sueña que crece y es azul montaña con corona de nieve...




     Los corzos pastan tranquilos agrupados en generosos rebaños. Las escasas avutardas les preguntan: -"¿Cuál es el truco de vuestro éxito y progreso? ¿Por qué sois más cada primavera?"- "Difícil cuestión, amiga esteparia... Puede que el abandono de los cultivos y la recuperación de los bosques nos siente mejor o puede que las escopetas ya no sean tantas como la década anterior..."





     El arco iris ha caído al suelo y sus colores se han descolocado... Rojo, naranja, amarillo, verde, añil y morado lucen sobre la tierra desordenados... Con las primeras lluvias del mes de abril, recobrarán las fuerzas para subir de nuevo, lanzarse al cielo y sonreír.





    Como dijo San Manuel bueno mártir, el lago que tiembla y refleja es la duda, la montaña firme y fuerte es la fe, y entre medias se encuentra el pueblo que a veces duda... ¡y otras cree!




- Verde que te quiero verde, verde viento, verde rana... 
-¡Rama!
- Que no, déjame cantarte mi amor a mi manera
 (replicó el príncipe destronado que se arrastra por el suelo buscando agua)




     Cae la tarde y empieza el coro en la charca: -"¡sapitas, venid!"- "¡ranitas, a mí!"- se escucha cantar a los machos anfibios sobre el agua, inflando carrillos y gargantas...







Ya se pone el sol por Peñacuerno... ¡Adiós Rey Estrella! ¡Hasta mañana, si Dios lo desea!

Si en el último momento, arde el cielo y el rojo brilla... ¡mañana, buen día!






















4 comentarios:

  1. Qué maravilla...no todos ven tantas cosas en un paisaje. Gracias!
    Fdo: Otra bióloga, Dori

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  2. La penúltima foto: lugar indicado momento indicado o mucho esfuerzo y tiempo de espera?

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    Respuestas
    1. Estaba a rebosar la charca de sapos corredores croando... sólo tuve que fijar un objetivo y esperar a que hinchara al máximo la garganta ;)

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