miércoles, 23 de julio de 2014

Muestreo de Galápagos en el Embalse de Linares


      El pasado sábado 19 de julio pude acompañar como voluntario de campo al naturalista Chema Traverso, activista de la Asociación Herpetolótica Española (A.H.E.), la cual está llevando a cabo una asistentcia técnica "Estudio de la población de Galápago leproso (Mauremys leprosa) y control de galápagos exóticos en el río Riaza y embalse de Linares" dirigida por D. Alberto Álvarez para la asociación WWF España (antes ADENA). El estudio forma parte de un proyecto que WWF está llevando a cabo con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, para poner en marcha un modelo demostrativo de custodia fluvial, que pretende servir como referencia para otros ecosistemas fluviales. Se ha firmado un acuerdo de custodia fluvial, gracias al cual WWF España y la Confederación Hidrográfica del Duero, trabajarán conjuntamente para la mejora del río.


       En el caso de los autóctonos Galápagos leprosos "Mauremys leprosa", los ejemplares capturados se marcan e identifican tras lo cual, se liberan nuevamente al medio mientras que, cuando se trata de especies invasoras, particularmente del género Trachemys, son retiradas y llevadas a centros de fauna.


Ejemplar subadulto (4-8 años) de Galápago leproso.
Es a esta edad cuando más intensidad cobra su característica coloración de manchas anaranjadas.


      Para la captura de los galápagos se colocan varias nasas pequeñas a orillas del embalse y otras pocas de mayor tamaño en el centro.


Chema inspeccionando una nasa pequeña
entre una gran abundancia de Espigas de agua "Potamogeton natans".
Embalse de Linares, Maderuelo (Segovia).



La colocación de las nasas grandes en el centro del embalse,
requiere de habilidades "piragüísticas".




Chema levantando una nasa grande.

      Conforme se fueron inspeccionando todas las nasas, llegaron las primeras sorpresas como este jovencísimo Galápago leproso, un tesoro de descubrimiento que verifica la reproducción de la especie en el Embalse de Linares.

Ejemplar juvenil nacido este año de Galápago leproso
sobre Espiga de agua "Potamogeton natans"

Comparativa entre mismo ejemplar juvenil de Galápago leproso
y moneda de cincuenta céntimos de euro.


     En total, fueron siete los ejemplares de Galápago leproso capturados aquel día.

Vista superior de los caparazones.


Vista ventral de los galápagos leprosos capturados.
Los distintos patrones de coloración del plastrón entre los individuos
no responden a ningún criterio específico
y se utilizan en su identificación ya que son únicos en cada uno de ellos.


Marcaje de Galápagos en el caparazón.
Según un código específico se realizan diferentes incisiones
en determinadas placas del caparazón. para identificar y distinguir a los ejemplares.



      Más de una docena fueron los ejemplares capturados de especies invasora del género Trachemys, dos individuos puros de Trachemys scripta elegans, o tortuga de orejas rojas, y el resto híbridos entre Trachemys scripta elegans y Trachemys scripta scripta. Para su identificación, basta prestar atención a las manchas que muestran detrás de los ojos y que por su localización reciben el nombre de "orejas".

      Si la mancha es totalmente amarilla se trata de "Trachemys scripta scripta". Por el contrario, si la mancha es claramente roja corresponde a "Trachemys scripta elegans". Todas las variaciones intermedias de anaranjado, marrón y "amarillo sucio" pertenecen a híbridos entre las dos especies anteriores.


Híbrido de Tortuga de orejas amarillas "Trachemys scripta elegans"
 y Tortuga de orejas rojas"Trachemys scripta scripta".


Ejemplar de Tortuga de orejas rojas "Trachemys scripta elegans"


      Mi más profundo agradecimiento a Chema por la confianza y amabilidad que mostró conmigo en todo momento y que me permitieron vivir esta interesante experiencia. ¡Ojalá pueda repetirse pronto!


Un servidor liberando a los Galápagos leprosos marcados.

domingo, 20 de julio de 2014

Muerte en la carretera




Amanece.
El cielo está oscuro. Ha llovido por la noche.
El sol naciente va bañando de ocre
aldeas, campos y bosques
descubriendo los secretos de la noche,
algunos buenos y otros peores…

A la salida de Valdevarnés, sobre el asfalto
el cuerpo de un zorrito yace inerte…
Pareciera que duerme plácidamente
soñando correrías tras topillos y ratones
por esos trigales y praderas
del Nordeste de Segovia, su tierra.

Seguramente su madre ya le advirtiera:
“Hijo mío, estáte siempre atento y muestra cautela,
que el  peligro siempre acecha.
Ten cuidado de noche cuando juegas
pues el búho todo lo observa,
aunque tú no le veas;
de día, mira siempre al águila cuando vuela.
Desconfía de los perros, aunque sean ratoneros
y huye de las escopetas y los tramperos…
Ahora, hijo mío, no te entretengas,
sígueme y cruza aprisa la carretera
que escucho un coche que se acerca…”

Empezaba a lloviznar.
Olió el zorrito a tierra mojada,
¡qué agradable le resultaba aquel olor
con recuerdos a infancia en la madriguera!

Una fuerte luz que le cegó
interrumpió sus pensamientos…
Fue lo último que vio.

Su madre desde la vaguada miró
cómo, distraído, accionaba el parabrisas el conductor.
-¡Hijo mío!- Le llamó. No contestó.
Se había ido a jugar con las estrellas.

Empezó a llover con fuerza.
Desde entonces, la madre le llora con pena
días y noches enteras.





miércoles, 16 de julio de 2014

Las Mariposas y Orquídeas del Monte de Miranda



       A mediados de junio, hace justo un mes, participé en el Curso de Turismo Botánico organizado por Guheko en Miranda de Ebro. Además de tratar las plantas y sus aplicaciones en profundidad, también realizamos varias excursiones por el entorno para llevar a la práctica lo aprendido.

        Pese a ser la botánica aplicada el tema central, mariposas y orquídeas fueron en particular las protagonistas de mi  objetivo y atención.





          En torno a las zarzamoras en flor, se congregaban decenas de lepidópteros ansiosos de néctar. Varias Pavo Reales, con sus penetrantes ocelos celestes, se entretenían en encontrar pareja sin quitarle ojo a las ortigas, cuyas urticantes hojas han alimentado su infancia de oruga y a donde regresarán de nuevo para poner sus huevos.
       

Pavo Real "Inachis io"




      La Ninfa de los Arroyos es otro Ninfálido de un encanto especial. Los machos, de tamaño algo menor que las hembras son fuertemente territoriales y no dudan en perseguirse y empujarse para expulsar a los intrusos de la zarza que defienden. Sin embargo, cuando es una fémina quien se acerca a probar de las flores del propio jardín, el galán no puede evitar aproximarse a saludarla cortés y educadamente. Sus plantas nutricias abarcan todas las del género Lonicera que corresponden con las familiarmente conocidas Madreselvas.

Pareja de Ninfa de los Arroyos "Limenitis reducta"

Ninfa de los Arroyos "Limenitis reducta"

       La Vanesa Atalanta también se dejó ver con facilidad en aquel mar de alas.

Vanesa o Almirante Rojo "Vanesa atalanta"


      La Saltacercas "Lasiommata megera"  gusta de solearse resposadamente como este ejemplar macho.

Saltacercas "Lasiommata megera"


      La Mancha Leonada "Coenonympha arcania" es otra habitual de los zarzales en flor.


Mancha Leonada "Coenonympha arcania"

      Cambiando a la familia de los Piéridos, la Blanca del Majuelo crece de oruga, como su nombre indica, aliméntandose de hojas de majuelo o espino albar "Crataegus monogyna". Sin embargo, los imagos sienten especial predilección por las flores de las boragináceas del género Echium spp.

Blanca del Majuelo "Aporia crataegui"
libando sobre "Echium vulgare"

      Sobre la flor de un diente de león descansaban este par de Zygaena trifolii, una polilla que, lejos de unirse a la nocturnidad propia de su grupo, gusta de disfrutar la luz del sol. Destaca su característica coloración aposemática basada en cinco puntos rojos en cada ala sobre un fondo oscuro con la que advierte a sus depredadores de su toxicidad. El número de puntos es caracter distintivo con respecto a otras especies de Zygaena. Por ejemplo, Zygaena filipendulae suma uno más.




       No lejos del zarzal, este cerambícido merendaba pétalos de aligustre.

Cerambyx spp.




      De las altas hierbas del borde del camino, salió esta presumida criatura con aires de faraona. Por detenerme unos instantes para dedicarle algunas fotografías tuve que pagar con alguna carrera monte arriba, monte abajo al perder el resto del grupo pero, naturalmente, bien valió la pena.

Empusa o Mantis palo "Empusa pennata" hembra.


Empusa o Mantis palo "Empusa pennata" hembra.


      Un plano lateral en detalle de su rostro, acentúa su natural parecido a una reina egipcia.

Empusa o Mantis palo "Empusa pennata" hembra.
Plano lateral del rostro en detalle.


      Dejando ya del mundo de los insectos, y para suavizar la transición al de las orquídeas, recurro a esta espléndida especie: la Orquídea abeja "Ophrys apifera" cuya observación me emocionó profundamente ya que, pese a su relativa abundancia, nunca antes había visto semejante preciosidad. Destaca el diseño de la coloración del labelo con el que simula ser una atractiva abejorrita para captar la atención de algún inocente macho que, al intentar cubrirla se impregne con sendos saquitos de polen. De esta manera, al visitar otra flor distinta con parecidas pretensiones, podrá polinizarla ajeno a su abnegado altruismo y sin todavía haber conseguido engendrar su propia descendencia... 

Orquídea abeja "Ophrys apifera"

Orquídea abeja "Ophrys apifera"


     En las zonas de umbría crecían lustrosos varios acebos y tejos de buen porte. A sus pies, encontramos dos especies de orquídeas típicas de estas zonas sombrías y frescas.

Sendero a la sombra de tejos y acebos.


"Cephalantera damasonium"

"Epipactis kleinii"


    
      A orillas del Ebro, en pleno corazón mirandés, crecía sobre el urbano césped esta delicada pirámide de flores lilas, la Orquídea piramidal "Oprhys pyramidalis" que puso fin a tres estupendos días en magnífica compañía disfrutando, una vez más, de los valores naturales de Castilla y León.


Orquídea piramidal "Oprhys pyramidalis"



Foto de grupo Curso Turismo Botánico GUHEKO
Ermita de San Juan del Monte. Miranda de Ebro. Junio 2014


jueves, 3 de julio de 2014

Endemismi ed altri animali singulari dell´Asinara


      Conociendo ya los grandes herbívoros, todos ellos introducidos por el hombre, que  pueblan la Asinara para su desgracia, hoy es el turno de presentar aquellas otras simpáticas especies animales foráneas de la isla, es decir, que han llegado de forma natural, sin mediación de homínido alguno y que, incluso,  en su prolongado y mantenido aislamiento evolutivo, llegan a constituir un endemismo propio de Cerdeña, Córcega y sus islotes próximos. Tal es el caso de la Ranita Sarda, "Hyla sarda", cuyos machos nos amenizaron todos los atardeceres croando impetuosamente.


Ranita Sarda "Hyla sarda"
entre tomillos

      Como buen Hílido, muestra gran habilidad en aferrarse a la vegetación con sus dedos adherentes.




        Además de su menor tamaño, la Hyla sarda se diferencia de nuestras Hyla arborea e Hyla meridionalis en las muchas manchas oscuras que salpican su espalda.      

Vista dorsal de Hyla sarda


      La aparición de la Perdiz Moruna se hizo harto esperar. Sin embargo, a raíz del primer encuentro, se volvieron más frecuentes sus observaciones. Para mí, las gallináceas son una familia sumamente interesante y atractiva por su comportamiento reproductor y coloridos plumajes. La Perdiz Moruna no es una excepción a todo ello y disfruté mucho con sus tonos cálidos, grises y tostados, como las orillas del Mediterráneo.


Perdiz Moruna "Alectoris barbara"




     Especialmente emotivo resultó ser un paseo solitario al atardecer en el que salí pensando en encontrarme con alguna pollada de perdiz moruna que tanto deseaba ver. Pues dicho y hecho, a cierta altura de la senda, salió volando ante mí una perdiz para observarme desde lo alto de un muro de piedra recortándose sobre los lentiscos y el mar.


      Resultó ser la madre de los ¡hasta 8 perdigones! que, según seguí avanzando salieron tras ella para perderse bajo la vegetación. Uno de ellos, antes de desaparecer quiso regalarme su tierna mirada entre las rocas.


Perdigón de Perdiz Moruna


     Las Liebres presentes en la Asinara también pertenecen a una subespecie endémica "Lepus capensis mediterraneus".

Liebre Sarda, Lepre Sarda "Lepus capensis mediterraneus"



      Fueron unas cuentas las Tortugas mediterráneas que nos topamos en la isla. Rozando la veintena, más de la mitad pertenecían al género femenino, nada fuera de lo normal tratándose de Testudines.

Tortuga mediterránea "Testudo hermanni"

      Las Lagartijas del Tirreno, endémicas de Córcega y Cerdeña, atestaban los muros del albergue en que dormíamos de verdes y azules metálicos.

Lagartija del Tirreno "Podarcis tiliguerta"
alzando sus miembros inferiores mientras se solea.


Lagartija del Tirreno "Podarcis tiliguerta"


      Tras una comida, nos sorprendió la aparición de una pareja de eslizones atraídos por los restos de alguna manzana mordida. Uno de ellos nos deleitó con sus dos pequeñas colas, una "duplicación" que en ocasiones les ocurre a los lacértidos al regenerar el miembro perdido.

Eslizón Sardo "Chalcides ocellatus tiligugu"

      Además del eslizón, nuestra herpetóloga acompañante capturó para su observación una Culebra verdiamarilla.

Culebra verdiamarilla "Hierophis viridiflavus"


      Por las noches, a la luz de los faroles, las salamanquesas salían de sus escondites para alimentarse de las muchas moscas y polillas que se posaban en los muros atraídas por la luz y también para entregarse al amor...

Salamanquesas "Hemidactylus turcicus" apareándose

       De noche también, nos sorprendió este alacrán trepando por el murete tras una mesa.



       Los Cormoranes moñudos, ya en fase de eclipse, se dejaban ver con frecuencia en las costas de la Asinara. Pese a no contar en esta época con sus característicos moños de plumas en la nuca, es notorio el estrecho y fino perfil de sus picos que los diferencia claramente de sus primos, los otros cormoranes.

Pareja de Comorán Moñudo "Phalacrocorax aristotelis"

      La Gaviota Patiamarilla es frecuente en la isla y llega a anidar en los tejados de algunas construcciones.

Pollos de Gaviota Patiamarilla "Larus michahellis"

      La Gaviota de Audouin "Ichthyaetus audouinii" que, en Italia, recibe el nombre de Gabbiano Corso, suele reproducirse en algunas zonas tranquilas de la isla salvo excepciones como la del presente año debido a molestias en la colonia de cría.



      La colonia de cría de la Asinara es objeto de estudio desde hace algunos años y, por ello, es frecuente observar ejemplares anillados. Se tiene constancia de la llegada de algunos ejemplares del Delta del Ebro y otras partes del Levante español.



      En las zonas encharcadas próximas a la costa, casi comparables a marismas en miniatura, se congregaban varias especies de aves entre ardeidas, limícolas y anátidas.

Garceta "Egretta garzetta" junto a pareja de Tarros Blancos "Tadorna tadorna"

Juvenil de Garza Real "Ardea cinerea"

      Por último, otra simpática ave que tuvimos ocasión de disfrutar muchas veces fue el mochuelo que en la Asinara goza de una abundancia que nunca antes he visto en ningún otro lugar.

Mochuelo o Civetta "Athene noctua"