martes, 8 de marzo de 2016

Quiérete mujer



A mi abuela
a mi madre
a mi hermana
a mis amigas
a las mujeres

Quiérete mujer
que si tú no te quieres
nadie te ha de querer.

Que todas sois buenas
desde Eva, la primera,
a María Magdalena.

Ni pecados ni manzanas,
todo fueron patrañas
que os tuvieron doblegadas.

Levántate mujer,
no es tiempo de machismos
ni patriarcados a la vez.

Eres guapa, mírate,
la vida te sonríe,
¡aprovéchate!

Ni te desnudes ni te vistas
por mera obligación,
eres libre, hazlo sin presión.

Quiérete mujer
por tu coraje y tu energía,
tu valía y buen hacer.

Por la familia que levantas
con amor cada mañana
y con la fuerza de tu alma.

Porque sin ti no habría
ni personas ni alegrías,
tú que das a luz la vida.

Quiérete mujer
como yo te quiero
a ti ¡entérate!





lunes, 7 de marzo de 2016

Crimen Patrimonial en Carabias



     Carabias, como todos sabéis y el que no se lo imagina, es mi pueblo querido del alma. Aunque son muchos y muy buenos los momentos que en él he vivido, no son menos los disgustos que por él me llevo...

     Desde que tengo uso de razón se llevan cometiendo tropelías contra su patrimonio histórico, cultural y natural. Carreteras, graveras, desecación de fuentes o, la destrucción parcial de la muralla celtibérica del Yacimiento "Los Quemados" son sólo algunos de los atentados que nuestro pueblo ha sufrido, muchos de ellos a causa de los propios vecinos que, por ignorancia o intereses propios, han arramplado con el bien común en beneficio propio.

     La última de las desgracias de Carabias ha sido la llegada de un "señor" que, a golpe de talonario, parece estar queriendo hacer de nuestro pueblo su villa personal ante la pasividad de todos. Comenzó erigiendo una nueva gravera a las afueras del pueblo arrasando con pinos y encinas de las fincas colindantes y cerrando caminos públicos. El funcionamiento de la fábrica está paralizado a día de hoy pero todo el despliegue de maquinaria y estructuras sigue ahí, estorbando al paisaje y los sentidos.

     Pero lo peor estaba aún por llegar cuando este verano comenzó las obras en las antiguas casas de los vecinos Pedro, el pastor, recién fallecido, y Don Antonio. Ambos hombres vivían en lo que antaño fue la Posada de Las Ventas de Carabias, un edificio histórico de muros de piedra y cinco alturas que ya aparece citado en el Catastro del Marqués de la Ensenada en el siglo XVIII. Durante años fue un enclave estratégico en el Camino Real al Norte desde la capital madrileña, en el que los viajeros reposaban de esos trayectos interminables y las diligencias (antiguos coches de caballos) cambiaban sus monturas por otras descansadas para seguir.

      Entre otras anécdotas y curiosidades en torno a este edificio, se cuenta que el guerrillero castellano Juan Martín Díaz, El Empecinado, raptó de una de sus habitaciones a una sobrina del general francés Moncey durante la ocupación francesa de principios del siglo XIX, atrevimiento por el que el pueblo de Carabias pagó con la quema de su iglesia y otros saqueos.

Posada Real Las Ventas de Carabias
hace cinco años.


     Como se puede observar, el aspecto de la vieja posada era bastante bueno teniendo en cuenta el estado de abandono en el que llevaba tantos años. Si bien es cierto que por dentro la estructura de madera pudiera estar algo deteriorada además de no contar con instalación eléctrica ni de aguas, su aspecto exterior resultaba firme y saludable. Para su nuevo dueño, sin embargo, todo ello no ha bastado para decidir derribarlo casi por completo.


     La foto inferior habla por sí sola de la devastación cometida al mando de este fantoche llegado a Carabias que no entiende de sensibilidades ni otros valores que no sean los tangibles y económicos. Para mí, que me he criado a la sombra de esta casona, jugando a imaginar las mil aventuras de doncellas y soldados, mercaderes y viajeros que en ella debieron acaecer, verla en su estado actual me desgarra las entrañas en lo más profundo.

Estado actual de las obras en la antigua Posada de Las Ventas.
Carabias ha perdido una de sus señas de identidad.


     Para la obra que ha ejecutado ¿no tenía suficientes solares vacíos sobre los que levantar el edificio que hubiera querido? ¿Era necesario elegir precisamente ése cuyo máximo valor era su antigua estructura de piedra? ¿Cuál es la solución? ¿Qué hacer ahora? Demasiadas preguntas para una situación más que complicada ante un Ayuntamiento que se doblega y calla y unos vecinos que apenas levantan una voz crítica... Se trata del ejemplo perfecto de cómo siguen funcionando las cosas en nuestra sociedad y país, especialmente en los pueblos pequeños en los que el caciquismo prospera como antaño.


     Al ser un edificio no catalogado al amparo de ninguna figura de protección, desde Patrimonio de Castilla y León me comentan que la responsabilidad es casi única del Ayuntamiento ¿Algún abogado, arquitecto, historiador del arte u otro entendido en la materia leyendo? Será un placer escuchar cualquier consejo o idea al respecto. ¡Gracias por adelantado!


       Aunque como dice el refrán "el que paga, manda", yo en mi blog escribo lo que me da la gana y me siento en la obligación de denunciar públicamente lo que es un auténtico crimen contra el patrimonio de mi querido pueblo Carabias.


     Que no quede impune esta tropelía, ¡que se note y se sepa que los vecinos de Carabias amamos y defendemos nuestro pueblo!


     Parafraseando a Rafael Alberti y como ya proclamé en el Pregón de fiestas de 2013: "¡¡¡Que nunca se diga o piense que en Carabias la sangre se volvió nieve!!!"




jueves, 3 de marzo de 2016

Alegoría del Aprobado





Si quisieras aprobar
algo más estudiarías
tus apuntes de clase
y libros de la bibliografía.

Si quisieras aprobar
algo más preguntarías
sobre dudas y aclaraciones
aunque fueran tonterías...

Si quisieras aprobar
más interés mostrarías
acerca de los minerales y rocas
y otros asuntos de la Biología.

Si quisieras aprobar
los ejercicios me entregarías
actividades y trabajos
tan útiles para tu vida.

Si quisieras aprobar
tu actitud mejoraría
respetando al profesor
y tus compañeros cada día.

Si quisieras aprobar...
¡yo te aprobaría!